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martes, 12 de febrero de 2019

Entrevista a Mirjam Pressler


Mirjam Pressler






Entrevista a

Mirjam Pressler


Antonio Ventura 

Ya en el año 1990, la redacción de Babar dedicó un número monográfico a la autora alemana Mirjam Pressler. Desde entonces hasta hoy han cambiado muchas cosas, pero se ha mantenido intacto el interés por esta escritora tanto por parte de los fundadores como por algunos colaboradores posteriores de la revista.
Invitada a participar en las I Jornadas Europeas del Libro Infantil y Juvenil que se celebraron en Madrid entre los días 6 y 14 del mes de mayo, aprovechamos la oportunidad para conocerla y poder charlar con ella. La entrevista tuvo lugar el martes 11 de mayo en el despacho del director del Instituto Goethe. Desde aquí nuestro agradecimiento tanto al Instituto, como a su director, así como a la persona del gabinete de prensa que realizó las gestiones pertinentes para que esta entrevista fuera posible. Y, por supuesto, a Mirjam Pressler quien tan amablemente se prestó a contestar todas nuestra preguntas.
Babar: En nuestra opinión, de la lectura de su obra se deduce que usted concibe la existencia humana, la vida, como algo problemático y complejo. O sea, que reconoce la dificultad del ser humano para entender el mundo, para entender a los demás y para entenderse uno mismo. ¿Está de acuerdo? ¿Cuál es su opinión?
Mirjam Pressler: Pues sí, pienso que la vida es complicada, sobre todo cuando se es pequeño. Normalmente, todas las infancias son difíciles y creo que una de las cosas más importantes es que los niños saquen lo que tienen dentro, que no se encierren en sí mismos y piensen sólo en lo que les falta. Resolver los conflictos internos es una cosa importante a lo largo de todas las etapas de la vida, claro. Pero cuando se es adulto, esto ya se ha aprendido, uno ya sabe qué le conviene y qué no, con quién hablar y con quién mejor callar. Cuando se es pequeño se está más indefenso, se depende más del otro y por eso la libertad o la posibilidad de elegir es menor. En uno de mis libros: Y por fin habló, la necesidad de poner palabras a los conflictos internos es uno de los temas más importantes.

Mirjam Pressler / Natán y sus hijos


La parábola de Pressler

La autora se conforma con un bienintencionado mensaje de tolerancia en 'Natán y sus hijos'

13 DIC 2013 - 10:43 COT






Sami Frey y Aurélien Recoing en una escena de 'Natán el sabio', obra teatral en la que se basa 'Natán y sus hijos'. rn
Sami Frey y Aurélien Recoing en una escena de 'Natán el sabio', obra teatral en la que se basa 'Natán y sus hijos'.

A principios de los años ochenta la traducción de una serie de novelas alemanas transformó la concepción que hasta entonces se tenía en España de la literatura juvenil. Los jóvenes que las protagonizaban no eran figuras idealizadas ni actuaban como figurantes al servicio de una historia. Por el contrario, resultaban próximos al lector, a pesar incluso de que en ocasiones se trataba de seres marginales que vivían situaciones límite. El complejo tratamiento psicológico que de ellos se hacía favorecía más que la identificación, la empatía. Por su parte, los conflictos narrados no eran de fácil resolución y en vez de buscar transmitir una moraleja más o menos explícita, exigían un posicionamiento (o cuestionamiento) ético. El lenguaje empleado carecía de florituras y amaneramientos, era directo, preciso y ágil. Los diálogos eran certeros y las descripciones agudas. A pesar de abordar temáticas realistas, tenían presencia el humor, la ternura e incluso la fantasía.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Mirjam Pressler / Gatos de noviembre





Mirjam Pressler

GATOS DE NOVIEMBRE

Noemi Risco Mateo
8 de noviembre de 2015

No entraba a la Biblioteca de Cetina desde mi infancia y, después de más de veinticinco años, regresé hace unas semanas. Allí seguían los libros de entonces. Elena, la bibliotecaria, me contó que no quiere deshacerse de los ejemplares antiguos como hacen en otras bibliotecas, quiere que los usuarios sigan encontrándose esos tesoros en Cetina.

jueves, 4 de abril de 2013

Mirjam Pressler dedica su última novela a la tolerancia religiosa



Mirjam Pressler dedica su última novela a la tolerancia religiosa

EFE
Madrid, 4 de abril de 2013


"Tolerancia" es la palabra que está detrás del último libro de la alemana Mirjam Pressler, "Natán y sus hijos", una novela juvenil que recupera la parábola de los tres anillos para educar a los más jóvenes en el respeto de las distintas las religiones.
"Si el conjunto de la Humanidad pudiera pensar desde la ética kantiana las religiones podrían coexistir, pero lo que se vive hoy en Israel es lo mismo que ocurría hace 700 años", ha expresado la autora en una entrevista a Efe antes del desayuno que ha ofrecido la editorial Siruela en la Casa Sefarad.





"Natán y sus hijos" es una novela histórica, pero nació de una anécdota personal: "Mis hijas estaban leyendo 'Natán el Sabio' de Gotthold Ephraim Lessing para el colegio. Decían que tenía muy poca acción y que les costaba leerlo, y me daba pena que se perdiera la parábola".
De lectura obligatoria en los colegios alemanes, la obra de Gotthold Ephraim Lessing es un canto a la tolerancia que fue prohibido en los tiempos de nazismo y cuya relectura es "indispensable" especialmente tras el Holocausto.
Por eso decidió actualizarlo, completar los datos históricos y rescatar las enseñanzas de ese padre que quería a sus tres hijos por encima de todo.
Ese es el principio de la alegoría: un padre posee un anillo con el poder de convertir a quien lo lleve en el más apreciado "ante los ojos de dios y de los hombres". Al morir solo puede dejarlo a uno de sus descendientes, pero "quiere a sus tres hijos por igual".
Ante la disyuntiva decide hacer dos copias exactas, imposibles de distinguir del original. Fallecido el progenitor, ellos discuten sobre quién lleva el verdadero e incluso trasladan la disputa a un juez, que les insta a vivir de manera virtuosa para que los poderes del anillo se muestren ciertos.
Todo es una metáfora de las tres religiones monoteístas en la boca de Natán el sabio, que explica que todas las religiones son verdaderas si los creyentes siguen sus buenos preceptos, el mismo principio que daba poder al anillo.
La autora del libro se identifica con el personaje de Gesem, el muchacho de la casa de Natán que busca su identidad a toda costa: "En principio no tiene nombre y eso le pesa, y cuando por fin lo consigue resulta que es un nombre que tiene una interpretación muy distinta desde cada una de las religiones".
Mirjam Pressler creció con la nariz pegada a "Las aventuras de Huckleberry Finn" y devorando "cualquier cosa con letras" para evadirse de una dura infancia como hija ilegítima de una mujer judía en el Tercer Reich.
"A los 4 o 5 años me regalaron mi primer libro, una guía de viajes de San Petersburgo", ha recordado Mirjam Pressler que pasó su adolescencia limpiando el polvo de las estanterías de librerías y bibliotecas para poder leer.
Además de escritora, Pressler ha traducido más de 400 obras en 30 años de carrera, una tarea que, según ella, no está muy bien pagada, pero que le permite estar con sus mejores amigos, los libros: "¡Adoro los libros! los vivo con fascinación y traducir es solo leer intensamente".