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sábado, 26 de febrero de 2022

Escenas míticas del cine (CCXVI)


En el año 2014, los desconocidos hasta entonces David Leitch (aunque no aparece en los créditos) y Chad Stahelski dirigen John Wick (Otro día para matar) donde el protagonista es Keanu Reeves, actor que por muchos es acusado de falta de expresividad, pero que en este film para mi está excelso. Se trata de una cinta de acción seca, al límite en todo momento, pero que sobre todo tiene un ritmo brutal y unas secuencias alucinantes, extraordinariamente bien rodadas y que te dejan pegado a la silla desde el primer minuto, además de contener frases lapidarias.
Se nos presenta al personaje de John Wick como un hombre de buena posición que vive en una lujosa casa y que acaba de perder a su esposa tras una lucha contra una enfermedad terminal, y que, después de enterrarla, recibe un paquete que ella dejó preparado antes de su muerte, un cachorro de beagle, precioso. Hasta aquí podría parecer que nos encontramos ante el típico film de drama de corte telefilm, pero nada más lejos de la realidad. A partir de aquí, un cruce casual con unos tipos de origen ruso en una gasolinera, que le preguntan por su coche (Ford Mustang del 69), acaba con un asalto a su casa para robarle el coche, matar a su perro y provocar con tal acto, el desencadenamiento de la sed de venganza descontrolada, del que fuera un asesino de leyenda. A partir de aquí, como es de suponer, la cinta pega un giro brutal y empieza a mostrar su verdadera cara, y lo que es mejor, es donde caes rendido de rodillas ante la forma en que el protagonista pasa de ser un Don Nadie, a ser, sin temor a equivocarme, el personaje más alucinante, despiadado y molón que haya interpretado el bueno de Reeves a lo largo de su carrera, aparte de Neo en Matrix, claro está. Su leyenda se va describiendo con frases como "Bueno, John no era el hombre del saco. Es el que mandabas a matar al jodido hombre del saco"... y otras.
En una escena mítica Viggo Tarasov (al que daba vida el desaparecido Michael Nyqvist), padre de Iosef Tarasov (al que da vida Alfie Allen) le deja claro con quien ha cometido la enorme cagada y le avisa de que John Wick irá a por él, mientras John se prepara para la venganza y ni siquiera contesta al teléfono a Viggo.


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 23 de abril de 2017

John Wick: Chapter Two (2017)


En el año 2014, los desconocidos hasta entonces David Leitch (aunque no aparecía en los créditos) y Chad Stahelski dirigieron John Wick (Otro día para matar) donde el protagonista es Keanu Reeves, actor que por muchos es acusado de falta de expresividad, pero que en aquel film creo escuela y estaba brillante. Si en aquella primera entrega teníamos una cinta donde había acción a paladas, al límite en todo momento más un ritmo brutal y secuencias espectaculares grabadas de manera bestial, aquí la propuesta no sólo se ha afianzado, sino que ha salido todavía más reforzada. Ésta segunda parte partía con un difícil propósito, intentar superar a la primera sin el factor sorpresa que aquella si tuvo, y ha salido vencedora. Aquí ha sido Stahelski el que se ha quedado sólo en la dirección.


En esta ocasión, el mítico asesino John Wick comienza recuperando su coche Ford Mustang del 69 de las manos de los mafiosos rusos que en la primera entrega se lo robaron, y de los que dio cumplida cuenta. Sus sucesores lo tenían en un garage, él lo recupera en un inicio vertiginoso lleno de acción, persecuciones y teniendo que mandar el coche a arreglar después de múltiples golpes. Es entonces cuando recibe la visita de Santino D'Antonio (Riccardo Scamarcio), quien le recuerda el pacto de sangre que selló en su día con él. John Wick se ha retirado, pero Santino le pide que cumpla y pague el pagaré pendiente que tiene con él, y le obligará a ir a Roma a matar a su propia hermana, para así recuperar su puesto en la alta mesa, llena de gente de la camorra y demás grupos internacionales de asesinos.


Como es lógico, Wick se meterá en una jauría para la que se prepara convenientemente. El guión sigue siendo de Derek Kolstad, que sigue describiendo ese hábitat en el que se mueve el protagonista dentro de su profesión, esa organización de la que tira para proveerse de armas, trajes, residencias, etc., que harán que vaya preparado para una batalla a vida o muerte continuas en las catacumbas de la ciudad eterna, y donde se recuerda a menudo el código de honor y las reglas que rigen el comportamiento, y que es para todos el mismo. Es ahí cuando el estilo molón y cool sigue siendo alucinante, y Wick con su propio código descubrirá a los que le traicionan rápidamente, y toma sus propias decisiones. Como es lógico, todo aquel que se interpone en su camino muere, y aquí el rosario de víctimas es aún mayor.


Una vez superada esa fase, su objetivo pasa a ser Santino, y no parará hasta llegar a él. Os puedo asegurar que ver en pantalla grande todo el recital de Keanu Reeves mientras va despachando rivales, de verdad que es impagable. Recordemos que la primera parte llegó gracias a Netflix en España, y con retardo y algún recorte. Brutales las escenas rodadas de forma limpia y con gran nitidez.
En lo argumental, la película se complica lo justo y va al grano desde el primer minuto, y sin duda eso es algo que se agradece. Yo, desde mi punto de vista, disfruto mucho más así, debe ser que me estoy volviendo comodón.


Podría parecer a priori que esta segunda parte es más de lo mismo, pero no, es distinto y lo explico. Aquí las motivaciones de Wick cambian y tiene mucha importancia en el desarrollo, ya que en la primera buscaba venganza por la muerte de su perro y el robo de su coche, pero aquí se ve forzado a hacer algo que no quiere y a asumir lo que vendrá como consecuencia de eso. Ese cambio de posición del personaje central, permite al director un juego mucho más grande, que se ve adornado con incluso toques cómicos, siempre agradecidos.
Ian McShane sigue estando brillante como Winston, el jefe de la organización que lleva el control de todo desde New York, interesante la aportación de Franco Nero como Julius, máximo encargado del Hotel Continental de Roma y como no Laurence Fishburne en el papel de Bowery King, otra pieza clave para John Wick.


En definitiva, si te gustó la primera en esta vas a disfrutar aún más y eso si te hiciste fanático/a os puedo sentenciar que es un valor seguro.

Os dejo con el tráiler.

sábado, 27 de agosto de 2016

John Wick (2014)


En el año 2014, los desconocidos hasta entonces David Leitch (aunque no aparece en los créditos) y Chad Stahelski dirigen John Wick (Otro día para matar) donde el protagonista es Keanu Reeves, actor que por muchos es acusado de falta de expresividad, pero que en este film para mi está excelso. Se trata de una cinta de acción seca, al límite en todo momento, pero que sobre todo tiene un ritmo brutal y unas secuencias alucinantes, extraordinariamente bien rodadas y que te dejan pegado a la silla desde el primer minuto, además de contener frases lapidarias.


Se nos presenta al personaje de John Wick como un hombre de buena posición que vive en una lujosa casa y que acaba de perder a su esposa tras una lucha contra una enfermedad terminal, y que, después de enterrarla, recibe un paquete que ella dejó preparado antes de su muerte, un cachorro de beagle, precioso. Hasta aquí podría parecer que nos encontramos ante el típico film de drama de corte telefilm, pero nada más lejos de la realidad. A partir de aquí, un cruce casual con unos tipos de origen ruso en una gasolinera, que le preguntan por su coche (Ford Mustang del 69), acaba con un asalto a su casa para robarle el coche, matar a su perro y provocar con tal acto, el desencadenamiento de la sed de venganza descontrolada, del que fuera un asesino de leyenda.


A partir de aquí, como es de suponer, la cinta pega un giro brutal y empieza a mostrar su verdadera cara, y lo que es mejor, es donde caes rendido de rodillas ante la forma en que el protagonista pasa de ser un Don Nadie, a ser, sin temor a equivocarme, el personaje más alucinante, despiadado y molón que haya interpretado el bueno de Reeves a lo largo de su carrera, aparte de Neo en Matrix, claro está. Su leyenda se va describiendo con frases como "Bueno, John no era el hombre del saco. Es el que mandabas a matar al jodido hombre del saco"... y otras.


Pero claro, también impresiona la actitud como la de Viggo Tarasov, interpretado por Michael Nyqvist, el mafioso que mueve los hilos en las sombras del crimen en Nueva York, y que literalmente se cagará de miedo cuando sabe que su hijo, uno de los tres criminales que saltaron a Wick en su casa, ha cometido un error, cuyas consecuencias no solo podría costarle su negocio, sino la vida. Por un momento parece que la cinta podría recordar a Promesas del Este, en cuanto al código mafioso ruso, pero todo se desvía ya que John Wick tiene su propio código.


A todo esto ha de añadirse, que el guión de Derek Kolstad define un microhabitat alucinante que rodea a la profesión del protagonista, en donde vemos una organización a la que se acogen los miembros del gremio, regida por un código de honor y comportamiento, lo que le hacen tener al film ese aroma de distinto y porqué no decirlo, molón y cool. Eso si, su trama es lineal, y discurre a base de secuencias donde se sigue a Wick en su venganza, hasta que llegue a donde está el niñato que mató a su perro y robó su coche. Como es lógico, todo el que se interpone en su camino... fenece. Ni que decir tiene que la pareja de directores ruedan las escenas de acción de manera gloriosa, y sin duda son espectaculares.


En cuanto al plano actoral Keanu Reeves está espléndido, a pesar de que en algunas escenas podría incorporar algo de su propia cosecha, pero le basta y le sobra interpretando a ese tipo seco y duro que es John Wick. Marcus, interpretado por William Dafoe, es otro asesino a sueldo pero amigo de Wick, al que salvará en más de una ocasión, otro veterano actor que cumple a la perfección. Michael Nyqvist es Viggo Tarasov, culpable de muchos de los mejores momentos del film en su papel de villano, mientras su hijo Iosef Tarasov (Alfie Allen), ese bala perdida, está tremendo en su papel de provoca problemas. Adrianne Palicki es la mujer explosiva, pero a la vez una afilada asesina que no dudará a la hora de matar y de salvar su pellejo. Una mención para Lance Reddick y su increíble interpretación del recepcionista del hotel donde se alojará Wick, que me recuerda mucho a El Resplandor.  


Os dejo con el tráiler de este gran film.