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jueves, 20 de febrero de 2025

Escenas míticas del cine (CCCXCVII)

Como decía ayer, en el año 2019 Alejandro Amenábar estrenó Mientras dure la guerra, dirigida por él mismo. Alejandro me parece un gran director, soy fan de sus primeras películas (sobre todo de Tésis y Abre los ojos, aunque también de Mar Adentro), pero mi interés por su obra posterior ha ido decayendo, ya Ágora fue un punto de inflexión en su momento para mí, y películas como Regresión me hicieron alejarme mucho de su cine. Pero el año pasado, decidió volver a una senda más coherente con esta nueva cinta, aplicando una receta sencilla, una buena historia (la de nuestro país) y utilizando un elenco de actores patrios de primer nivel. 
Esta película tiene el gran valor de desmontar varios clichés, sobre todo a ese que dice que el cine español no evoluciona, que siempre se habla de los mismos temas desde el mismo prisma, que todo eso es subvencionado, etc., y además sirve para ver lo estancada que sigue nuestra sociedad desde 1936, pero que contrasta con lo alto que vuela nuestro cine. Aquí en concreto, tanto diseño de producción como fotografía son sublimes, vaya eso por delante.
La película arranca en Salamanca, el 19 de junio de 1936, donde el célebre escritor de origen vasco Miguel de Unamuno, al que da vida un magnífico Karra Elejalde, decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país, en el que la II República se ha ahogado en múltiples batallas internas, y a la que Unamuno critica por no haber sabido conducir con lucidez al país y meterlo en muchos problemas. A causa de eso, el escritor es destituido por el aún gobierno republicano, como Rector de la Universidad de Salamanca.
Paralelamente se nos narra lo que sucede en el bando nacional, en el que el general Franco (al que da vida Santi Priego), procedente de Marruecos, consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra. Es ahí donde José Millán Astray, el fundador de la Legión, será clave apoyando al general para su ascenso y acumule el mando total, al que da vida un excelente y soberbio Eduard Fernández.
En otra escena mítica Millán Astray va dando su discurso a La Legión que él creó y les suelta una de sus frases lapidarias caballeros legionarios: "Viva la muerte", y a renglón seguido le dice al conductor del coche: "Me quieren como a un padre, estos y los otros los rojos, a mi me quiere todo el mundo, me quieren hasta los catalanes".


Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 19 de febrero de 2025

Escenas míticas del cine (CCCXCVI)


En el año 2019 Alejandro Amenábar estrenó Mientras dure la guerra, dirigida por él mismo. Alejandro me parece un gran director, soy fan de sus primeras películas (sobre todo de Tésis y Abre los ojos, aunque también de Mar Adentro), pero mi interés por su obra posterior ha ido decayendo, ya Ágora fue un punto de inflexión en su momento para mí, y películas como Regresión me hicieron alejarme mucho de su cine. Pero el año pasado, decidió volver a una senda más coherente con esta nueva cinta, aplicando una receta sencilla, una buena historia (la de nuestro país) y utilizando un elenco de actores patrios de primer nivel. 
Esta película tiene el gran valor de desmontar varios clichés, sobre todo a ese que dice que el cine español no evoluciona, que siempre se habla de los mismos temas desde el mismo prisma, que todo eso es subvencionado, etc., y además sirve para ver lo estancada que sigue nuestra sociedad desde 1936, pero que contrasta con lo alto que vuela nuestro cine. Aquí en concreto, tanto diseño de producción como fotografía son sublimes, vaya eso por delante.
La película arranca en Salamanca, el 19 de junio de 1936, donde el célebre escritor de origen vasco Miguel de Unamuno, al que da vida un magnífico Karra Elejalde, decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país, en el que la II República se ha ahogado en múltiples batallas internas, y a la que Unamuno critica por no haber sabido conducir con lucidez al país y meterlo en muchos problemas. A causa de eso, el escritor es destituido por el aún gobierno republicano, como Rector de la Universidad de Salamanca.
Paralelamente se nos narra lo que sucede en el bando nacional, en el que el general Franco (al que da vida Santi Priego), procedente de Marruecos, consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra. Es ahí donde José Millán Astray, el fundador de la Legión, será clave apoyando al general para su ascenso y acumule el mando total, al que da vida un excelente y soberbio Eduard Fernández.
Precisamente en una escena mítica (esta película las tiene a patadas), Millán Astray da un discurso delante de los generales y dice que cuando fundó la legión en África él fue herido y perdió el ojo, el brazo y la pierna, habla del General Sanjurjo que murió en un accidente de avioneta, pero dice que a Franco nunca le vio temblar porque no conocía el miedo, y las balas que a él le dieron, al General Franco ni le rozaban, eso los moros lo llamaban "Baraka".


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 30 de diciembre de 2024

El 47 (2024)

El 47 es un film dirigido por Marcel Barrena, y que nos cuenta una historia real sucedida en Barcelona a finales de los años 50 y su evolución en el tiempo hasta la democracia. Se trata en concreto del barrio de Torre Baró periférico y obrero, construido con sus propias manos por inmigrantes procedentes de varias partes de España, extremeños, andaluces, etc., que para que no les tiren sus construcciones debían tener techo (eso fijaba la ley en ese momento), de hecho el principio del film relata como de duros fueron esos comienzos ya que los grises les visitaban todas las mañanas y si no había techo lo tiraban, con lo que toda esta gente lo que decide es ir haciendo una vivienda al día con techo para mantenerlas vivas, y así fueron haciendo el barrio. Cine social y reivindicativo, y en el que en muchos momentos se habla en catalán.


El film aborda el tema desde la honestidad pero no buscando la lágrima fácil, y con el paso de los años va desgranando una serie de problemas que esta población va sufriendo, ya que están aislados por la distancia de la gran urbe que es Barcelona, y allí no llegan ni el transporte público ni muchas de las cosas necesarias para poder vivir en unas condiciones dignas, a lo que se añade la difícil orografía en la que está ubicada la barriada, con cuestas y calles estrechas. Ahí es donde el gran protagonista de la cinta emerge, Manuel Vital, al que da vida Eduard Fernández, que tiene una hija Joana (cuya madre falleció antes de su llegada a la zona y a la que da vida Zoe Bonafonte) y que se une una vez allí a Carmen (Clara Segura) que era monja, pero deja sus hábitos para hacer su verdadera vocación de maestra de escuela. Manuel es conductor de la línea 47 del autobús urbano de Barcelona, y en su lucha por llevar el transporte a su barrio consigue llegar hasta la administración, hablar con el consejero de transportes del ayuntamiento, después de soportar una burocracia demencial (esto sigue sucediendo a día de hoy) y hacer ver a los que mandan que su persistencia en que allí no podía subir el autobús, era una idea equivocada.


Echo de menos una descripción algo más elaborada de los personajes, sobre todo de los secundarios (aunque los actores los defienden bien) y una recreación de la época menos rígida por así decirlo. Pero sin duda, la película deja de fondo un poso de esperanza, eso es innegable, ya que ese plan que Manuel lleva a cabo, salirse de la ruta y subir por su cuenta y riesgo a Torre Baró para demostrar que se podía llegar con el autobús, fue algo que rompió moldes, a él le costó ser detenido, una sanción, pero consiguió ser devuelto a su puesto de trabajo. Como se cuenta al final de film, cuando Pascual Maragall fue elegido alcalde de Barcelona, visitó a Manuel y Carmen a finales de los años 80, ya que su ejemplo fue crucial para que esa parte de la ciudad estuviera unida a la urbe. El grito desesperado en forma de canción del final, por parte de Joana, refleja mucho de la desesperación que esta gente sentía en sus carnes.


Os dejo con el tráiler del film.

martes, 26 de noviembre de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXXXIII)


Alberto Rodríguez ya llamó la atención en su día con la buena película Grupo 7 (2012), pero con La Isla Mínima (2014) alcanzó el zénit, cuyo triunfo en los Goya así lo corroboró. El techo estaba muy alto, y eso siempre impone, pero aquí para la realización de este film El hombre de las mil caras (2016), contó con un elenco de actores impresionante y se metió con una historia, donde guión hay de sobra. Ese guión estaba basado en el libro de Manuel Cerdán, cuya adaptación corrió a cargo tanto por el propio director, como por Rafael Cobos. Pero teniendo en cuenta, todo los ríos de tinta que provocó el Caso Roldán en su día, en lo que dio en el clavo Alberto Rodríguez, es sin duda, en huir de parafernalias y efectismos baratos, para mediante un thriller tenso, contarnos qué pasó y cómo pasó, centrándose en la figura de Francisco Paesa.
Ante todo, y ya desde el principio, se nos dice que el film está basado en hechos reales, pero también que como en todo hecho real, siempre hay alguna mentira. Estas palabras las dice Jesús Camoes, interpretado por José Coronado, que es la voz que nos vaya contando paso a paso todos los movimientos que suceden en la historia. Pero, casi sin querer, la cinta en muchos momentos se convierte en un biopic improvisado sobre la figura de Francisco Paesa, interpretado por un fastuoso, como siempre, Eduard Fernández, que a pesar de que su personaje tiene ciertas limitaciones, desde el primer momento consigue que el espectador se enganche a él.
En el lado negativo del film, que alguno tiene, no sé si es un acierto que Camoes cuente la historia, y estemos a expensas de su punto de vista continuamente, y por otro lado, el ritmo, que decae en algunos tramos. La banda sonora de Julio de La Rosa, siempre es acertada, eso si.
Dónde para mi estaba el gran punto fuerte del film, era en describirnos como era la España de los años 90, cuando todo esto sucede, de hecho al principio Camoes nos avisa de que en aquella época no existían los vuelos Low Cost, dato importante, ya que los vuelos en esta historia son claves, y lo dice Jesús Camoes, comandante de vuelo.
Pero ante todo ha de quedar una cosa clara, y es que Francisco Paesa, era un ex-agente secreto del gobierno español (un espía vaya, que como dicen en el film en un momento, no viajaban con pistola, sino con chequera), que fue responsable en los 80 de la operación contra ETA más importante, que casi la desarticula, pero que se vio envuelto en un caso de extorsión a una testigo del caso de los GAL, lo que le obligó a huir del país, aparte de que nunca se le pagó lo prometido por su trabajo estrella contra la banda terrorista. Cuando regresa está arruinado, pero recibe la visita de Luis Roldán (Carlos Santos), ex Director de la Guardia Civil, y su mujer Nieves Fernández (Marta Etura), que le ofrecen un millón de dólares para salvar los 1500 millones de pesetas que aquel hombre calvo y con barbas, había sustraído del erario público.
Precisamente en una escena mítica, Camoes narra como ese dinero da vueltas por el mundo, Singapur, Ginebra, Franckfurt, Londres, para ocultarlo, hacer el helicóptero que se decía, y el propio Roldán en el escondite que Paesa le ha buscado le pregunta que donde está ese dinero y le dice que en Singapur y que está seguro (no lo volvió a ver, obviamente).


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 10 de mayo de 2020

Mientras dure la guerra (2019)


Sigo con aquellas películas que se me quedaron pendientes del año pasado, y este fin de semana le tocó el turno a Mientras dure la guerra, dirigida por Alejandro Amenábar. Alejandro me parece un gran director, soy fan de sus primeras películas (sobre todo de Tésis y Abre los ojos, aunque también de Mar Adentro), pero mi interés por su obra posterior ha ido decayendo, ya Ágora fue un punto de inflexión en su momento para mí, y películas como Regresión me hicieron alejarme mucho de su cine. Pero el año pasado, decidió volver a una senda más coherente con esta nueva cinta, aplicando una receta sencilla, una buena historia (la de nuestro país) y utilizando un elenco de actores patrios de primer nivel. 
Esta película tiene el gran valor de desmontar varios clichés, sobre todo a ese que dice que el cine español no evoluciona, que siempre se habla de los mismos temas desde el mismo prisma, que todo eso es subvencionado, etc., y además sirve para ver lo estancada que sigue nuestra sociedad desde 1936, pero que contrasta con lo alto que vuela nuestro cine. Aquí en concreto, tanto diseño de producción como fotografía son sublimes, vaya eso por delante.


La película arranca en Salamanca, el 19 de junio de 1936, donde el célebre escritor de origen vasco Miguel de Unamuno, al que da vida un magnífico Karra Elejalde, decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país, en el que la II República se ha ahogado en múltiples batallas internas, y a la que Unamuno critica por no haber sabido conducir con lucidez al país y meterlo en muchos problemas. A causa de eso, el escritor es destituido por el aún gobierno republicano, como Rector de la Universidad de Salamanca.
Paralelamente se nos narra lo que sucede en el bando nacional, en el que el general Franco (al que da vida Santi Priego), procedente de Marruecos, consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra. Es ahí donde José Millán Astray, el fundador de la Legión, será clave apoyando al general para su ascenso y acumule el mando total, al que da vida un excelente y soberbio Eduard Fernández.


Pero el conflicto se torna cada vez más sangriento y el encarcelamiento de compañeros de Unamuno como Atilano Coco (Luis Zahera) o Salvador Vila (Carlos Serrano-Clark) con los que solía tomar café en la Plaza Mayor de Salamanca, empezarán a hacer cambiar su postura, que no estaba adscrita a ningún signo político, y a sopesar sus principios. Pero el egregio escritor es tenido en muy alta estima por Franco y su mujer, y cuando este es nombrado Jefe del Estado de la zona nacional y traslada su cuartel general a Salamanca, Unamuno acudirá pensando que el general le escuchará y dejará libres a sus amigos. Allí se dará cuenta de las verdaderas intenciones de Franco, y de que sus amigos serán ejecutados.
También se describen los últimos meses de vida de Don Miguel, que no llegaría a ver el siguiente año, ni la desastrosa guerra que dividió al país en dos.


Pero lo que para mí eleva este film a la categoría de muy buena película, y nos devuelve al mejor Amenábar, es como el director nos muestra los hechos tal y como fueron sin ofrecer juicios de valor de ningún tipo, una pequeña lección de historia, para saber de donde vinieron las cosas y como se llegaron a otras. Pero a su vez, esta película no deja de ser un aviso a navegantes, para hacernos ver que los errores que se cometieron en esa época, no deberían volverse a cometer en la actualidad, a través de metáforas audiovisuales.
Estremece la actuación de Karra, que por momentos emociona mucho, y en su persona se posa lo que será la imagen de una pena tan grande, como es la de de ver a tu país enfrentado entre hermanos a fuego y sangre.
Nathalie Poza, Patricia López Arnaiz, Luis Callejo, Inma Cuevas o Tito Valverde entre otros, son varios de los secundarios que dan un empaque tremendo a toda la película.


Os dejo con el tráiler de la película.

lunes, 24 de septiembre de 2018

Todos lo saben (2018)


Asghar Farhadi, el director iraní, ha contado con un elenco bastante espectacular para este film llamado Todos lo saben, un intendo thriller de tintes dramáticos que alcanza momentos incluso de culebrón de telenovela y cuya relación entre los personajes, es la gran apuesta de la película que ofrecen escenas vibrantes y de gran nivel de actuación.
Nos cuenta la historia de una familia que se reune para una boda que se va a celebrar en un pueblo, lugar de origen de la mayoría de ellos (no se dice en ningún momento el sitio concreto). En esta primera parte el film es bastante previsible y de aire costumbrista, pero eso si, da a conocer a los personajes y los lazos que hay entre ellos.


Laura (Penélope Cruz) es la que viene de más lejos, desde Argentina concretamente, ya que la boda es la de su hermana, pero viene sin su marido Alejandro (Ricardo Darín). Allí se encuentra con los novios, y su familia, además de con Paco (Javier Bardem) que fuera gran amor de su juventud en el pueblo. Pero todo lo que conlleva una boda, con su celebración y festejos quedará trastocado por unos acontecimientos imprevistos que sacudirán y de qué manera la vida de los implicados.


El asunto central que cambia todo será el secuestro de la hija mayor de Laura durante la boda, eso hará que empiecen a salir a la luz antiguas historias que no quedaron zanjadas en el pasado y que a la hora de afrontar la angustiosa situación, se irán convirtiendo en claves para poder conseguir rescatar a la niña. Impresionante el cambio de registro de Penélope y de las mejores actuaciones que le he visto, también Bardem está sobradamente genial en un papel nada sencillo, junto a Bea (Bárbara Lennie) y fundamental en el desarrollo de la historia, además de un, como siempre brutal, Ricardo Darín junto con Eduard Fernández y esos veteranos y grandes actores como son Ramón Barea y Elvira Mínguez.



Pero a este film le veo varias objeciones, primero se ve venir el primer cambio rápido, la boda es la típica que ve todo muy bien y se nota que algo se va a estropear. El ambiente del pueblo en bares y demás es crispado y la familia protagonista no es precisamente querida, lo que da muchas pistas. Y una última cuestión, es que es una historia en el fondo clásica de rencillas entre familias que suele acabar a tiros y eso aquí no sucede, además de tener un final bajo mi punto de vista sorprendente.


Os dejo con el tráiler de esta interesante película.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Perfectos desconocidos (2017)


Álex de la Iglesia dirige este remake de la película italiana de éxito "Perfetti Sconosciuti" (2016) de Pablo Genovese. He de admitir que no he visto el film italiano del que parte la idea, pero seguro que Álex lo ha adaptado más al mundo ibérico en el que vivimos los españoles. Los últimos films del director vasco, al que le debemos títulos impagables como El Día de la bestia o La comunidad, ha repetido por decirlo así, un cuadro parecido en cada nueva película que hacía en los últimos tiempos, cambiando el entorno y la situación, pero adolecían de una regularidad, y tenían altibajos notables, de hecho la última El Bar o la anterior Las brujas de Zugarramurdi tenían muy buena calidad hasta la mitad para luego caer en picado, y con sus personajes frikies, haciendo del resultado final un menjunje raro.


Pero aquí ha vuelto el mejor Alex de la Iglesia, aunque con diferencias claro. Lo primero, como manda la historia original, se desarrolla en un espacio cerrado, la casa donde se celebra la cena, lo segundo es que hay 7 personajes, es una película coral y todo sucede entre ellos. La historia es que tres parejas y el amigo soltero de ellos quedan para cenar en la casa de una de las parejas, en este caso Alfonso (Eduard Fernández) y Eva (Belén Rueda), se trata de gente madura a caballo entre los 45 y los 50 años. Las otras dos parejas son Ana (Juana Acosta) y Antonio (Ernesto Alterio) y los recién casados y por tanto los más jóvenes Blanca (Dafne Fernández) y Eduardo (Eduardo Noriega). Pepón Nieto se encarga de Pepe el soltero.
Para que la cena no sea aburrida, cosa que Eva sugiere, Blanca propone un juego y es que todos pongan sus móviles sobre la mesa y se lean en voz alta los mensajes, whatsaaps y llamadas para compartir su vida entera con sus mejores amigos que se conocen de toda la vida. Si quiero dejar clara una situación, hablamos de una casa de gente con dinero, y de amigos de situación económica desahogada.


Pero he de decir ante todo que esta comedia Álex la trae a su terreno y lo borda, el costumbrismo ibérico lo mete sin problemas, la comedia negra donde se siente como pez en el agua, es muy ácida, y ante todo divertidísima, con momentos incluso de vodevil que le dan un juego extraordinario.
Pero sin duda que el juego provoca que salgan a la luz cosas que muchos de ellos tienen que esconder, y es cuando entonces los personajes van a ir sufriendo transformaciones y ya no van a ser tan guays, majos y con vida aparentemente fantásticas cuando entraron por la puerta de la casa a cenar con sus vinos debajo del brazo. Tampoco me quiero olvidar del tema del Eclipse, que el director sabe conjugar y unir con la historia, metiendo ese lado paranormal que tanto le gusta, provocando situaciones extrañas.


Es ahí donde también la calidad de los actores sale a relucir, porque aquí todos sin excepción tienen bis cómica, unos más y otros menos, unos con un estilo y otros con otro, pero están todos soberbios. Maduros como Eduard Fernández, Ernesto Alterio o Belén Rueda están sublimes, Eduardo Noriega, Juana Acosta o Pepón Nieto como represantantes de una generación en medio muy bien, y luego la savia nueva de Dafne Fernández que promete mucho.
Eso si, las situaciones que se crean (hay momentos en que pareces estar viendo una obra de teatro) son de lo más chanantes, y las risas corren sin querer.
Desde luego, si queréis pasar un rato muy divertido y olvidaros de problemas, éste es vuestro film.


La moraleja del film es muy clara, no son de fiar las personas, la tecnología si, pero se utiliza mal, ha avanzado tanto que los humanos nos hemos quedado atrás y utilizamos solo una parte y encima solo para nuestras pasiones más bajas, y cometer errores de bulto.

Os dejo con el tráiler.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

1898. Los Últimos de Filipinas.


Salvador Calvo dirige este film sobre la historia que aconteció a finales del siglo XIX, con uno de los pocos reductos coloniales que le quedaban al ya pobre Imperio Español, Baler, en la Isla filipina de Luzón. Los insurrectos filipinos asediaron durante 337 días al destacamento español que venía de Manila, formado en su mayor parte, por soldados que ni sabían disparar.
Este destacamento iba a restaurar el orden en la zona, después de que el anterior fuera salvajemente atacado, y del cual quedaron pocos supervivientes, entre ellos el Sargento Jimeno (Javier Gutiérrez), que es el que les recibe y pone al día en Baler, aunque antes en su llegada a la playa, es Fray Carmelo (Karra Elejalde) quien les atiende.


La película es buena, sin dudarlo, buena dirección, los temas técnicos como puesta en escena, fotografía y demás todo perfecto, además de unas localizaciones tremendas de la zona. El guión está bien, basado en unos hechos históricos que son los que son, y que por momentos nos recuerdan a otros grandes asedios del cine, como el mítico del Álamo, aunque las proporciones de soldados sean mucho menores en este caso, el final también diferente, y las circunstancias también otras, ya que aquí el nivel de los militares españoles era de promesas.
Pero el problema, es que el film en todo momento transmite una sensación de tristeza, y de que las cosas se hicieron tan mal, que los resultados no pueden ser más que los que fueron.


Por si fuera poco el reparto es brutal, teniendo una mezcla de veteranos y enormes actores como Luis Tosar (Teniente Martín Cerezo), Eduard Fernández (Capitán Enrique de las Morenas), Carlos Hipólito (Doctor Vigil), Karra Elejalde y Javier Gutiérrez, que interpretan a los cargos de responsabilidad del destacamento, junto a otros más jóvenes que están a sus órdenes y que empiezan a despuntar como Patrick Criado (Soldado Juan), Miguel Herrán (Soldado Carvajal), Ricardo Gómez (Soldado José), Emilio Palacios (Moisés) y el que cuenta la historia en primera persona, Álvaro Cervantes (Soldado Carlos) que son los encargados de transmitir la angustia de la situación y su relación difícil con los mandos.


Pero el principal problema para mi del film, es que se alarga en exceso, ya que durante mucho tiempo del asedio, hay alguna deserción, y desde el bando filipino se intenta decir a los españoles atrincherados en la iglesia, que en diciembre de 1898, se había firmado un tratado en París entre España y Estados Unidos, que ponía fin a la guerra entre ambos y se cedía la soberanía de Filipinas a Estados Unidos, por unos millones de pesetas. Entre tanto, la película divaga y hace tiempo con la historia entre Carlos y el Cura que fuman opio, para mi sobrante. Es por esto, el título del film, aquellos fueron realmente los Últimos de Filipinas, pero en aquel asedio sucedieron hechos duros, muertes por mala alimentación, entre ellas la del capitán y la del cura, intentos de hacer entrar en razón al teniente que cuesta vidas, y en definitiva una muy triste situación hasta la capitulación definitiva.


En el lado indígena filipino, destacar la preciosa presencia de Alexandra Masangkay (Teresa), mujer de mente distraída de la zona, que canta continuamente canciones en español para desesperar al destacamento, y Raymond Bagatsin (Comandante Luna) al mando de ellos, quien será el encargado de sellar la rendición y dejar salir a los sobrevivientes con seguridad.
La verdad es que el final del Imperio fue desastroso, y se sucedieron páginas lamentables una tras otra y seguidas, como la pérdida de Cuba, Puerto Rico y por último Filipinas, la crónica de una muerte anunciada.


En definitiva, una película que teniendo todo para triunfar, está impregnada de pesadumbre derrotista, es moralista, y acaba cansando, además de centrarse en los conflictos de algunos de los protagonistas, lo que resta importancia a la historia, además de ningunear al narrador, difuminado en el proceso de la trama.

Os dejo con el tráiler del film.

domingo, 25 de septiembre de 2016

El hombre de las mil caras (2016)

Cartel del film

Alberto Rodríguez ya llamó la atención en su día con la buena película Grupo 7 (2012), pero con La Isla Mínima (2014) alcanzó el zénit, cuyo triunfo en los Goya así lo corroboró. El techo estaba muy alto, y eso siempre impone, pero aquí para la realización de este film, ha contado con un elenco de actores impresionante y se ha metido con una historia, donde guión hay de sobra. Ese guión está basado en el libro de Manuel Cerdán, cuya adaptación ha corrido a cargo tanto por el propio director, como por Rafael Cobos. Pero teniendo en cuenta, todo los ríos de tinta que provocó el Caso Roldán en su día, en lo que ha dado en el clavo Alberto Rodríguez, es sin duda, en huir de parafernalias y efectismos baratos, para mediante un thriller tenso, contarnos qué pasó y como pasó, centrándose en la figura de Francisco Paesa.


Ante todo, y ya desde el principio, se nos dice que el film está basado en hechos reales, pero también que como en todo hecho real, siempre hay alguna mentira. Estas palabras las dice Jesús Camoes, interpretado por José Coronado, que será la voz que nos vaya contando paso a paso todos los movimientos que suceden en la historia. Pero, casi sin querer, la cinta en muchos momentos se convierte en un biopic improvisado sobre la figura de Francisco Paesa, interpretado por un fastuoso, como siempre, Eduard Fernández, que a pesar de que su personaje tiene ciertas limitaciones, desde el primer momento consigue que el espectador se enganche a él.
En el lado negativo del film, que alguno tiene, no sé si es un acierto que Camoes cuente la historia, y estemos a expensas de su punto de vista continuamente, y por otro lado, el ritmo, que decae en algunos tramos. La banda sonora de Julio de La Rosa, siempre es acertada, eso si.


Dónde para mi está el gran punto fuerte del film, es en describirnos como era la España de los años 90, cuando todo esto sucede, de hecho al principio Camoes nos avisa de que en aquella época no existían los vuelos Low Cost, dato importante, ya que los vuelos en esta historia son claves, y lo dice Jesús Camoes, comandante de vuelo.
Pero ante todo ha de quedar una cosa clara, y es que Francisco Paesa, era un ex-agente secreto del gobierno español (un espía vaya, que como dicen en el film en un momento, no viajaban con pistola, sino con chequera), que fue responsable en los 80 de la operación contra ETA más importante, que casi la desarticula, pero que se vio envuelto en un caso de extorsión a una testigo del caso de los GAL, lo que le obligó a huir del país, aparte de que nunca se le pagó lo prometido por su trabajo estrella contra la banda terrorista. Cuando regresa está arruinado, pero recibe la visita de Luis Roldán (Carlos Santos), ex Director de la Guardia Civil, y su mujer Nieves Fernández (Marta Etura), que le ofrecen un millón de dólares para salvar los 1500 millones de pesetas que aquel hombre calvo y con barbas, había sustraído del erario público.


Aquí es donde Paesa ve una oportunidad de oro (nunca mejor dicho) de vengarse del gobierno que tan mal le trató. Es entonces, cuando empieza a maquinar, lo que será una operación magistral en la que será imprescindible la colaboración de su inseparable (y mujeriego) Jesús Camoes. Aparte de todo esto, es encomiable la radiografía que el director hace de Paesa, y de su vida, que no es nada sencilla, siempre de un lado para otro, y con una relación con su mujer Gloria, con la que intenta volver, y lo llega a conseguir, aunque por poco tiempo.
Pero en la descripción de todo este rocambolesco plan de la huída de Roldán, es innegable el toque de humor que Rodríguez le imprime al film, y que para mi le hace tan ameno. Roldán estuvo muchos meses en París, y su situación era tan desesperada, que incluso pensó suicidarse, ya que su mujer estaba encarcelada en España y esperaba un hijo. Una frase que no se me olvidará del propio Roldán es: "Yo hice lo que hacen todos..." entre sollozos.


Lo que es otro acierto brutal, es en la elección de los actores, y no sólo por la calidad de los mismos, sino también por su parecido con los originales, empezando por el propio Eduard Fernández, caracterizado como Francisco Paesa de manera soberbia. Pero también Carlos Santos, que podría pasar por un Roldán sin problemas, aunque el caso más alucinante bajo mi punto de vista es el de Juan Alberto Belloch (Luis Callejo), ministro de justicia e interior, al que llamaban "El chófer de Drácula" y cuyas altas miras y el no tener escrúpulos, le llevaron a un callejón sin salida. Emilio Gutiérrez Caba, otro espía, que avisa en dos ocasiones a Paesa de su frágil situación, aparece en los momentos clave.


En definitva, una película donde se deja claro que en esa época, en este nuestro país, lo que primaba era ser un mentiroso, opaco, vil, y compartir portadas de revistas con toreros, futbolistas o folclóricas (muchos de ellos también con sus chanchullos que saldrían más adelante), y del que desgraciadamente a día de hoy vivimos su alargamiento y extensión, favorecido por una prensa voraz también. En esa España, un tipo como Mr. Paesa era el más listo de la clase, aunque siempre moviéndose en una delgada línea.

Os dejo con el tráiler.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Truman (2015)

Cartel del film

La nueva película de Cesc Gay, director del que tengo muy buen concepto en películas como En la ciudad (2003) o Una pistola en cada mano (2012), se llama Truman, y es una historia de apariencia sencilla sobre la amistad, la vida y la muerte. Es una comedia dramática, agridulce, cariñosa, tierna y muy efectiva, que consigue desde el primer momento llegar a tocar la fibra del espectador.
Hay referentes anteriores en el tema que trata el film, los primeros que me vienen a la cabeza (y que yo haya visto) son Los amigos de Peter (1992) de Kenneth Brannagh o incluso Mar adentro (2004) de Alejandro Amenabar, con la que está más emparentada de lo que parece. 



La historia es simple, Tomás (Javier Cámara) deja a su mujer e hijos en Montreal (Canadá) y vuela hasta Madrid, donde pasará cuatro días con su amigo de la infancia Julián (Ricardo Darín). El argentino sufre una enfermedad terminal, que se ha reproducido y extendido, y sin esperanza de salvación ha tomado la decisión de no someterse a ningún tratamiento médico más. Pide al médico drogas paliativas para el dolor y comienza la búsqueda de un nuevo dueño para su fiel perro, Truman.
El problema radica, en si Tomás aceptará la decisión de Julián, y si su misión (Tomás está casado con una prima de Julián) de intentar hacerle cambiar su pensamiento, y que se someta a los tratamientos que lo único que hacen es alargar el tiempo de vida, surtirá efecto. Además, no sólo le afecta a él, sino también a la otra prima de Julián, Paula (Dolores Fonzi) que ha pasado un año cuidándolo y ahora se rompen sus esperanzas.



Entre los dos actores principales y protagonistas hay una química perfecta. Julián es un tipo valiente, que afronta su destino de manera increíble, es encantador, embaucador, malhumorado, solitario e individualista y a la vez tiene ternura, lo que le provoca también cierta inseguridad. Por contra Tomás es pura generosidad, es ese amigo que lo da todo sin pedir nada a cambio, que se queda a un lado cuando es preciso, que sabe cuando esperar y reconducir y reorientar al otro. El personaje de Javier Cámara, sin casi necesitar expresividad es de una emoción contenida espectacular, y desde luego es mérito suyo, no es nada sencillo.



En el plano actoral, a parte de las dos portentosas interpretaciones, llenas de naturalidad, humor, y mucha sensibilidad de los dos actores principales, los secundarios están excelentes, tanto Dolores Fonzi (muy guapa), Elvira Mínguez (en el papel de la ex-mujer de Julián y madre de su único hijo), Oriol Pla (Nico, hijo de Julián) que está tremendo en un momento muy especial del film, cuando ambos viajan a verle a Ámsterdam por su cumpleaños y un como siempre fenomenal Javier Gutiérrez como el encargado de la funeraria.



Lo mejor de este film que trata un tema tan trascendental, es que lo hace de una manera en que las dosis de drama y comedia están perfectamente medidas, y es amable y buenrrollera.

Os dejo con el tráiler del film.