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viernes, 27 de mayo de 2022

El buen patrón (2021)

Después de haber hecho dos películas de presupuestos más altos y rodeado de actores de mucho nivel, Fernando León de Aranoa dirigió El buen patrón en 2021, una cinta donde vuelve al cine urbano y social con el que comenzó hace años, pero ahora esa mirada ácida tiene el punto de vista desde el otro lado. Fernando y ese tipo de cine hacen falta en este país, ya que estamos algo hartos del recurrente tema de la Guerra Civil y faltaba salir a la calle y palpar los problemas que existen, y también respirar el ambiente de los bares de cañas y tapas. Los lunes al sol fue su punto álgido de ese cine, una comedia negra con muchas cosas metidas en la case obrera que salían a la luz, y cuya idea tenía algo de visionario de lo que vendría después con la crisis económica de 2008. Javier Bardem empezó con aquella película a forjar una carrera ya brillante, y aquí pasa a encarnar la figura del empresario, justo el lado contrario del que interpretó 20 años atrás.


La película nos cuenta la historia de Julio Blanco (Javier Bardem), un carismático propietario de una empresa que fabrica balanzas industriales "Básculas Blanco" en una ciudad española de provincias. Se nos presenta a este personaje como un tipo que cuida de sus empleados, se preocupa por ellos, e incluso tiene un trato cercano y algo paternalista. Están esperando la visita inminente de una comisión que decidirá la obtención de un premio local a la excelencia empresarial, algo que tiene al jefe bastante obsesionado, ya que todo tiene que estar perfecto para la visita. Pero hay una serie de circunstancias que empiezan a alinearse en su contra, problemas con un empleado despedido que acampa en la entrada a las instalaciones, uno de sus encargados tiene problemas de pareja que afectan a su rendimiento, etc., y para solucionarlos trabaja a contrarreloj, cruzando en ocasiones líneas que ni él mismo imaginaba, lo que da lugar a una serie de acontecimientos de lo más explosivos e inesperados.

Pero el humor impregna casi toda la cinta, y no se embadurna de amargura, de hecho la mirada del director es hacia la comedia clásica y con momentos de enredo casi de vodevil que desde luego le dan ritmo y juego a la película. Javier Bardem está un pelo sobreactuado, pero borda el cinismo que transmite su personaje y cómo ese burgués acomodado actúa ante los problemas que tiene delante de sus narices. Logra crear a un hombre campechano que es capaz de retorcer la realidad de sus afines para conseguir sus objetivos, pero manipulando todo lo posible para parecer que sus decisiones son de un hombre justo y son salomónicas. La metáfora de la balanza que el dueño nunca consigue equilibrar, es estupenda.

Los momentos surrealistas me recuerdan a la película Familia, aunque algunas subtramas de becarias y sexo con jovencitas parecen llevarnos otra época. En este punto el personaje de Liliana que interpreta Almudena Amor está muy presente en una parte del film, y me resulta algo torrentiano. El personaje que me parece algo forzado y tibio es Miralles al que da vida un siempre digno Manolo Solo.

En definitiva una película con la que se pasa un rato muy divertido, con su crítica ácida y sus momentos de humor, pero que no me parece que sea una cinta muy exportable al extranjero y mucho más entendible en nuestro país.

Os dejo con el tráiler del film.

sábado, 29 de septiembre de 2018

El Reino (2018)


Rodrigo Sorogoyen dirige y co-guioniza junto a Isabel Peña la película El Reino. Ya en su anterior trabajo "Que Dios nos perdone" (2016) me dejó buenas sensaciones. Pero aquí va más allá y asalta un tema que en los últimos años está en todos los telediarios de todas las televisiones a todas horas, la corrupción.
Manuel López Vidal (Antonio de La Torre) es un influyente vicesecretario autonómico, con carisma y querido en el partido (no se especifica cual en toda la película) en el que milita, y donde le espera una carrera fulgurante que tiene trazas de llegar a lo más alto. en la política nacional. Es el típico tipo al que todo el mundo adora (mientras él es intocable), el rey de la fiesta, amigo de sus amigos y también un duro en el trabajo, al que no le tiembla el pulso para tomar decisiones drásticas. Su vida va de comilona en comilona, reuniones y vida social desahogada.


Pero hay un momento en que empieza a observar como ese Imperio que ha construido se desmorona, a partir de unas filtraciones que le implican en una trama de corrupción junto a Paco Castillo (Nacho Fresneda), a quien detienen en primer lugar. Es ahí cuando los medios de comunicación empiezan a hacerse eco de las dimensiones del escándalo y a sacar todos los días algo nuevo, hasta llegar a la implicación del propio Manuel. Cuando todo eso sucede el partido cierra filas y solo Paco sale indemne, sin embargo Manu cae en el pozo siendo expulsado, señalado por la opinión pública y traicionado por los que antes eran sus amigos en los tiempos de vino y rosas.


El partido ha decidido que Manuel cargue con toda la responsabilidad, pero él no se resigna a caer solo y pretende tirar de la manta, al principio con el apoyo de su mujer y su hija, y finalmente él mismo. Pero lo que quiere dejar clara la película, es que la maquinaria de la corrupción está perfectamente engrasada hace años y que afecta a todos los partidos que gobiernan o han gobernado, lo que se convierte en un sistema en el que los reyes pueden caer, pero el reino se mantiene.
La película tiene un desarrollo magnífico con unos actores en estado de gracia como Antonio de la Torre, Bárbara Lennie, Nacho Fresneda, Luis Zahera o el veterano Josep María Pou, pero para mi le falla el final, siendo demasiado evidente. Todo está bien medido, incluso el humor que lo hay, pero ese final abrupto me dejó desangelado, a veces no se sabe terminar los trabajos.


Os dejo con el traíler de El Reino.