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lunes, 4 de mayo de 2015

Thriller in Manila (2008)



Mucho se ha hablado estos días del combate del siglo entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao, dos grandes boxeadores, aunque me incline claramente por el estilo del filipino, pero la pelea en si distó bastante de ser un combate mítico, tuvo buenos momentos, pero me supo a poco. Y es que claro, cuando se han visto combates memorables, es muy difícil de igualar, ni siquiera de llegar. También hablamos de pesos y categorías distintas, pero amigos, donde estén los pesos pesados... los de verdad, los más grandes... lo demás se queda por debajo.
John Dower dirigió en 2008 un documental sobre los tres combates que sucedieron entre Muhammad Ali (Cassius Clay) y Joe Frazier entre 1971 y 1975. Pocas veces en la historia del boxeo, se llevaron a cabo tantos combates importantes entre dos figuras de tamaño renombre. La primera fue la mejor todas, la más técnica. La última, la más famosa, la más carnívora… “Parecía una pelea pero en realidad era una guerra”, dijo Frazier años después.
Este fabuloso documental se centra sobre todo en esa pelea de Manila del 1 de octubre de 1975.




La industria del boxeo y su afán de rascar dinero, las necesidades de publicidad y las urgencias políticas del país, trasladaron el tercer combate entre las dos figuras Ali y Frazier, a una parte inusual de Asia, inusual sobre todo para dicha disciplina deportiva.
Manila, la capital de Filipinas, recibió la histórica pelea en medio de una triste realidad, que el dictador, Ferdinand Marcos, trató de disimular para el evento. El país no solo vivía un presente de extrema pobreza sino que además convivía con una intensa guerra civil entre rebeldes comunistas y un grupo de islámicos que cada vez crecía más. El show pugilístico fue meramente un intento para embellecer esa cruda realidad, una realidad que no estaba en condiciones de recibir un evento así.
Muhammad Ali llegaba victorioso y con desfile mediante a este novedoso lugar para su carrera deportiva. Poco menos de un año atrás había recuperado el título del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) frente al entonces invicto George Foreman y en un escenario emblemático como Zaire (otro combate memorable que se narra en la película aquí comentada When we were kings). Chuck Wepner, Ron Lyle y Joe Bugner fueron sus retadores en 1975 y también sus víctimas.


 
Frazier y Ali eran amigos, incluso Joe habló con Nixon para que Ali pudiera volver a boxear cuando a este le retiraron la licencia por culpa de su negativa a ir a Vietnam. Pero fue confirmarse este combate y se hicieron enemigos irreconciliables... Decía Alí: “Es feo, no sabe bailar, no sabe boxear y no sabe escribir poemas. Frazier es un ‘Tío Tom’. Está con el enemigo”, afirmó el campeón del mundo. En la época, no existía un insulto peor para un hombre negro de Estados Unidos que “Tío Tom”.
La lucha fue tan encarnizada y se pegaron tanto, que posiblemente sea para mi la mejor pelea de la historia, hasta Ali admitió que creía haber muerto de cansancio por un instante.
Frazier tenía 31 años, Ali 33 primaveras. 28 mil personas en un estadio que sufría los casi 50 grados del calor asiático. Pero había una dificultad añadida y es que eran las 10:45 de la mañana hora local de Manila. El combate que luego se hizo famoso bajo el nombre de “Thrilla In Manila” fue una de las primeras trasmisiones globales por satélite y arrancó a esa hora para que lo puedan ver en un horario acorde en los Estados Unidos, cosa que ahora es algo muy común en cualquier retransmisión de alto nivel. Don King como promotor ofreció tres árbitros, al final el local Carlos Padilla fue el elegido.
En 2001, en una entrevista con el New York Times, Cassius Marcellus Clay declaró: “En el calor del momento dije cosas que no debí decir. Lo insulté y no debería haberlo hecho. Pido disculpas por eso, lo siento. Todo formó parte de la promoción de la pelea”. Joseph William Frazier se fue el 7 de noviembre de 2011 a los 67 años. Y se fue sin perdonarlo. Aquí vemos declaraciones suyas en vida.
 
Os dejo con el tremendo documental.
 
 

miércoles, 4 de diciembre de 2013

When we were kings (1996)

   Cartel del film



 
When we were kings es un documental estadounidense, dirigido por Leon Gast en 1996. La cinta se centra en el evento deportivo "Rumble in the jungle", que comprendía la pelea del peso pesado entre los boxeadores Muhammad Alí (el boxeador más grande de todos los tiempos que buscaba revivir deportivamente) y George Foreman (campeón en título en aquel momento). La pelea tuvo lugar el 30 de octubre de 1974 en Zaire (actual República del Congo). Es el retrato de la época en EEUU, la resaca del Watergate, la dimisión de Nixon y el activismo negro.
La película fue galardonada con un Óscar al mejor documental largo.




   Muhammad Alí en Zaire


 
La película narra los preparativos y acontecimientos previos en los días a la celebración del histórico combate entre ambos boxeadores, una pelea que nació el día en que Don King, el pintoresco personaje que tan pronto se declaraba partidario de Hugo Chávez, como perdía el culo por estrechar la mano del Papa de turno, ofreció 5 millones de dólares a cada uno de los contendientes. Los dos aceptaron y King buscó la financiación en el dictador zaireño Mobutu Sese Seko, quien no dudó en organizar un verdadero festival popular en la capital, Kinshasa, que llamaría la atención de todo el mundo, rodeado todo ellos de figuras negras de la música como B.B.King y James Brown.




  James Brown y Alí
 

 
La película retrata aquellos días desde una perspectiva no deportiva sólo, sino sobre todo desde el punto de vista social, histórico, popular y político del momento. El documental cuenta con valiosas aportaciones como la de Norman Mailer, Spike Lee (mentor e introductor en la religión musulmana de Clay) además de recoger imágenes con material de un valor incalculable, y el testimonio de unos acontecimientos que sirvieron para poner a la cultura afroamericana en su lugar en el mundo.
El film muestra a un Alí, verdadero protagonista, espontáneo, presuntuoso y provocador si se quiere, pero sincero y orgulloso de su fe en Alá. Los fragmentos de algunas de sus intervenciones tienen el sabor de lo auténtico.
La presencia de Don King en la película no tiene desperdicio, habida cuenta de su increíble y fantasmagórica forma de ser. 
 



   Cartel del combate
 

 
Como Spike Lee comenta en el documental "Muhamad Alí era un raro especímen, era guapo, atlético, el más fuerte, el más rápido, carismático", era único e intransferible. Su boxeo era elegante, impredecible con un juego de piernas único, unos puños muy veloces y dañinos para su peso, en definitiva se movía como un peso pluma, pero con 100 Kg en la báscula. Además su cara casi no se hinchaba en el ring, cosa reservada a los genios.
Socialmente era igual de admirable, Alí aún jugándose su carrera deportiva por sus ideales, nunca renunció a ellos. Un genio de los discursos y la verborrea, un personaje de película que con éste film tuvo su justa recompensa.
Alí venía de un castigo y marginamiento de 3 años y medio por su país, por no haber ido a Vietnam, y con un físico menor con el que fusiló a Liston, sorprendió a todos delante de Foreman que era una bestia y cuyos rivales no les aguantaban ni dos asaltos.
Alí ganó por inteligencia, algo en lo que también era un fenómeno. Además había puesto a todo el país de su parte, hablando con la gente en la calle, adulaba a los zaireños con la palabra.
 
 
Disfrutad de éste magnífico documental que va mucho más allá de un sólo combate de boxeo, aunque es evidente que si te gusta este deporte te gustará todavía más.