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domingo, 10 de mayo de 2020

Mientras dure la guerra (2019)


Sigo con aquellas películas que se me quedaron pendientes del año pasado, y este fin de semana le tocó el turno a Mientras dure la guerra, dirigida por Alejandro Amenábar. Alejandro me parece un gran director, soy fan de sus primeras películas (sobre todo de Tésis y Abre los ojos, aunque también de Mar Adentro), pero mi interés por su obra posterior ha ido decayendo, ya Ágora fue un punto de inflexión en su momento para mí, y películas como Regresión me hicieron alejarme mucho de su cine. Pero el año pasado, decidió volver a una senda más coherente con esta nueva cinta, aplicando una receta sencilla, una buena historia (la de nuestro país) y utilizando un elenco de actores patrios de primer nivel. 
Esta película tiene el gran valor de desmontar varios clichés, sobre todo a ese que dice que el cine español no evoluciona, que siempre se habla de los mismos temas desde el mismo prisma, que todo eso es subvencionado, etc., y además sirve para ver lo estancada que sigue nuestra sociedad desde 1936, pero que contrasta con lo alto que vuela nuestro cine. Aquí en concreto, tanto diseño de producción como fotografía son sublimes, vaya eso por delante.


La película arranca en Salamanca, el 19 de junio de 1936, donde el célebre escritor de origen vasco Miguel de Unamuno, al que da vida un magnífico Karra Elejalde, decide apoyar públicamente la sublevación militar que promete traer orden a la convulsa situación del país, en el que la II República se ha ahogado en múltiples batallas internas, y a la que Unamuno critica por no haber sabido conducir con lucidez al país y meterlo en muchos problemas. A causa de eso, el escritor es destituido por el aún gobierno republicano, como Rector de la Universidad de Salamanca.
Paralelamente se nos narra lo que sucede en el bando nacional, en el que el general Franco (al que da vida Santi Priego), procedente de Marruecos, consigue sumar sus tropas al frente sublevado e inicia una exitosa campaña con la secreta esperanza de hacerse con el mando único de la guerra. Es ahí donde José Millán Astray, el fundador de la Legión, será clave apoyando al general para su ascenso y acumule el mando total, al que da vida un excelente y soberbio Eduard Fernández.


Pero el conflicto se torna cada vez más sangriento y el encarcelamiento de compañeros de Unamuno como Atilano Coco (Luis Zahera) o Salvador Vila (Carlos Serrano-Clark) con los que solía tomar café en la Plaza Mayor de Salamanca, empezarán a hacer cambiar su postura, que no estaba adscrita a ningún signo político, y a sopesar sus principios. Pero el egregio escritor es tenido en muy alta estima por Franco y su mujer, y cuando este es nombrado Jefe del Estado de la zona nacional y traslada su cuartel general a Salamanca, Unamuno acudirá pensando que el general le escuchará y dejará libres a sus amigos. Allí se dará cuenta de las verdaderas intenciones de Franco, y de que sus amigos serán ejecutados.
También se describen los últimos meses de vida de Don Miguel, que no llegaría a ver el siguiente año, ni la desastrosa guerra que dividió al país en dos.


Pero lo que para mí eleva este film a la categoría de muy buena película, y nos devuelve al mejor Amenábar, es como el director nos muestra los hechos tal y como fueron sin ofrecer juicios de valor de ningún tipo, una pequeña lección de historia, para saber de donde vinieron las cosas y como se llegaron a otras. Pero a su vez, esta película no deja de ser un aviso a navegantes, para hacernos ver que los errores que se cometieron en esa época, no deberían volverse a cometer en la actualidad, a través de metáforas audiovisuales.
Estremece la actuación de Karra, que por momentos emociona mucho, y en su persona se posa lo que será la imagen de una pena tan grande, como es la de de ver a tu país enfrentado entre hermanos a fuego y sangre.
Nathalie Poza, Patricia López Arnaiz, Luis Callejo, Inma Cuevas o Tito Valverde entre otros, son varios de los secundarios que dan un empaque tremendo a toda la película.


Os dejo con el tráiler de la película.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

1898. Los Últimos de Filipinas.


Salvador Calvo dirige este film sobre la historia que aconteció a finales del siglo XIX, con uno de los pocos reductos coloniales que le quedaban al ya pobre Imperio Español, Baler, en la Isla filipina de Luzón. Los insurrectos filipinos asediaron durante 337 días al destacamento español que venía de Manila, formado en su mayor parte, por soldados que ni sabían disparar.
Este destacamento iba a restaurar el orden en la zona, después de que el anterior fuera salvajemente atacado, y del cual quedaron pocos supervivientes, entre ellos el Sargento Jimeno (Javier Gutiérrez), que es el que les recibe y pone al día en Baler, aunque antes en su llegada a la playa, es Fray Carmelo (Karra Elejalde) quien les atiende.


La película es buena, sin dudarlo, buena dirección, los temas técnicos como puesta en escena, fotografía y demás todo perfecto, además de unas localizaciones tremendas de la zona. El guión está bien, basado en unos hechos históricos que son los que son, y que por momentos nos recuerdan a otros grandes asedios del cine, como el mítico del Álamo, aunque las proporciones de soldados sean mucho menores en este caso, el final también diferente, y las circunstancias también otras, ya que aquí el nivel de los militares españoles era de promesas.
Pero el problema, es que el film en todo momento transmite una sensación de tristeza, y de que las cosas se hicieron tan mal, que los resultados no pueden ser más que los que fueron.


Por si fuera poco el reparto es brutal, teniendo una mezcla de veteranos y enormes actores como Luis Tosar (Teniente Martín Cerezo), Eduard Fernández (Capitán Enrique de las Morenas), Carlos Hipólito (Doctor Vigil), Karra Elejalde y Javier Gutiérrez, que interpretan a los cargos de responsabilidad del destacamento, junto a otros más jóvenes que están a sus órdenes y que empiezan a despuntar como Patrick Criado (Soldado Juan), Miguel Herrán (Soldado Carvajal), Ricardo Gómez (Soldado José), Emilio Palacios (Moisés) y el que cuenta la historia en primera persona, Álvaro Cervantes (Soldado Carlos) que son los encargados de transmitir la angustia de la situación y su relación difícil con los mandos.


Pero el principal problema para mi del film, es que se alarga en exceso, ya que durante mucho tiempo del asedio, hay alguna deserción, y desde el bando filipino se intenta decir a los españoles atrincherados en la iglesia, que en diciembre de 1898, se había firmado un tratado en París entre España y Estados Unidos, que ponía fin a la guerra entre ambos y se cedía la soberanía de Filipinas a Estados Unidos, por unos millones de pesetas. Entre tanto, la película divaga y hace tiempo con la historia entre Carlos y el Cura que fuman opio, para mi sobrante. Es por esto, el título del film, aquellos fueron realmente los Últimos de Filipinas, pero en aquel asedio sucedieron hechos duros, muertes por mala alimentación, entre ellas la del capitán y la del cura, intentos de hacer entrar en razón al teniente que cuesta vidas, y en definitiva una muy triste situación hasta la capitulación definitiva.


En el lado indígena filipino, destacar la preciosa presencia de Alexandra Masangkay (Teresa), mujer de mente distraída de la zona, que canta continuamente canciones en español para desesperar al destacamento, y Raymond Bagatsin (Comandante Luna) al mando de ellos, quien será el encargado de sellar la rendición y dejar salir a los sobrevivientes con seguridad.
La verdad es que el final del Imperio fue desastroso, y se sucedieron páginas lamentables una tras otra y seguidas, como la pérdida de Cuba, Puerto Rico y por último Filipinas, la crónica de una muerte anunciada.


En definitiva, una película que teniendo todo para triunfar, está impregnada de pesadumbre derrotista, es moralista, y acaba cansando, además de centrarse en los conflictos de algunos de los protagonistas, lo que resta importancia a la historia, además de ningunear al narrador, difuminado en el proceso de la trama.

Os dejo con el tráiler del film.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Ocho Apellidos Catalanes (2015)

Cartel del film

No es sencillo hacer una secuela de una película de tanto éxito como Ocho Apellidos Vascos (2014) y la verdad es que no hay motivos, después del visionado del film dirigido otra vez por Emilio Martínez Lázaro, para la decepción, ya que, a pesar de que no supera a su predecesora, incluso de que mi predisposición previa, era de que sería bastante peor. No es que el guión de la primera entrega fuera su fuerte, ni tampoco lo sea el de esta continuación, pero a los personajes principales de la primera, que se repiten, se les unen aquí Berto Romero y Rosa María Sardá, que están soberbios.
Lo mejor de todo, es que te invita a reírte de cuestiones políticas de la España de hoy, que en el día a día son objeto de debate continuo y que provocan incluso enfrentamientos y largos debates en los medios informativos y en la calle. Si en 8 Apellidos Vascos era Euskadi el escenario a partir del cual se montaba la parodia, como complemento del lado romántico, aquí se traslada a un pueblo de la Cataluña profunda, con tintes claramente independentistas. 


                                                     
Cuando me refiero a que el guión falla, es que para hacer justificable el de esta segunda parte, es porque se desmonta el final de la primera. Aquí se parte de que Amaia (Clara Lago) y Rafa (Dani Rovira) que supuestamente tenían un final feliz, han roto su relación sentimental, de tal manera que él ha regresado a su Sevilla natal y ha vuelto a su vida de golferío y conquistas de antaño, mientras que ella se ha asentado en Cataluña y está a punto de casarse con Pau (Berto Romero) un catalán hipster y pedante a más no poder, que va de experto en arte y moderneces. Cuando Koldo (Karra Elejalde) se entera de que su hija está en esa disposición, lo que para él supone una afrenta ya que los vascos pierden la iniciativa de la independencia, no duda en superar sus recelos de entrar en territorio español (nunca salió de Argoitia, sólo hacia el Norte y más allá) y se presenta en Sevilla para poner a Rafa al tanto del tema. 


Los dos emprenden viaje a la masía de un pueblo de Gerona, donde Pau y Amaia se van a casar, ya que Rafa en el fondo sigue enamorado de Amaia. Es allí donde se desarrolla el núcleo central del film, ya que Pau para contentar a su abuela independentista Roser (Rosa María Sardá), le hace creer que la boda se celebra en una República Catalana recién independizada, para lo que tiene embaucado a todo el pueblo, incluido el alcalde. Entre todo esto, Rafa intentará boicotear el enlace y recuperar a Amaia, con la complicidad de Judith (Belén Cuesta), que si está enamorada en silencio de Pau. Por otro lado y paralelamente, Koldo y Merche (Carmen Machi) siguen intentando arreglarse.
Es aquí donde el humor se dispara y los recursos son de lo más variopinto, unos eficaces e ingeniosos, pero otros no demasiado brillantes y muy previsibles.



En el plano actoral de esta película coral, Dani Rovira cumple sin problemas haciendo de si mismo, ya que su bis cómica le permite salir airoso, Clara Lago sigue siendo la que me falla, ya que a pesar de que su papel pide que sea seria y sosa, no tiene bis cómica. Carmen Machi vuelve a estar excelente y tiene gran química con todos. Karra Elejalde, que en la anterior película es la estrella total, aquí está demasiado forzado, pero no por él, que sigue estando genial, sino por el director que lo explota demasiado (es excesivamente sobreactuado su papel de supervasco).
Caso aparte son Berto Romero en un papel que le viene bordado, excelente haciendo de un niño repelente catalán ya crecidito pero que está sumiso a las órdenes de su abuela Roser, que interpreta una siempre maravillosa Rosa María Sardá.



En definitiva un film que cumple con la función a la que está destinado, que es la de hacer reír al personal, pero sin el mordiente de la primera.

Os dejo con el tráiler de la película.


miércoles, 30 de septiembre de 2015

Año Mariano (2000)


Varios de los actores que participaron en el exitazo de Airbag, dirigido por Juanma Bajo Ulloa, volvieron a la carga con una comedia esperpéntica y como reza el eslogan, alucinógena. La dirigen Karra Elejalde y Fernando Guillén Cuervo, que también la protagonizan.
Aquí se arremete principalmente contra la superstición y el fanatismo religioso tan habitual entre la gente ignorante y de poca cultura, que hacen de un colocado de "maria" un iluminado y predicador de la Virgen homónima.


Mariano (Karra Elejalde) sobrevive como distribuidor de cassettes de ínfima calidad para barres de carretera. Una noche conduciendo bastante bebido, tiene un despiste al volante y va a parar con su carro a una plantación clandestina de marihuana, que en ese momento, la guardia civil se dispone a quemar. Confundido por la combustión de alucinógeno, se le aparece la Virgen, y por si fuera poco se cruza con una procesión para pedir lluvia, les cuenta su experiencia con la Virgen y empieza a llover. tanto es así, que la gente le cree y gracias a una monja y a los servicios de Tony Towers (Fernando Guillén Cuervo), un avispado showman y promotor de espectáculos de medio pelo, convierten a Mariano en un santón iluminado.


El sensacionalismo televisivo, los telepredicadores y sus fraudes, el problema de la inmigración o el siempre tratado caciquismo están expuestos en el film, aunque con ciertas lagunas, en cuanto a personajes y acciones, pero los momentos cómicos lo salvan, y la convierten en una comedia tan surrealista que sólo queda divertirse.
En muchos instantes del film, el marketing del engaño o el analfabetismo de los propios elegidos, son exhibidos mediante un humor a todas luces esperpéntico, que de lejos se emparenta con la onda Monty Python, pero sólo de lejos.
En al apartado actoral Karra Elejalde y Manuel Manquiña se salen.




Os dejo con la surrealista película.


viernes, 11 de abril de 2014

Ocho apellidos vascos (2014)

Cartel del film
 
 
La nueva película de Emilio Martínez Lázaro con guión de Borja Cobeaga y Diego San José está demostrando ser un acierto total. Yo había oído de todo sobre la película, pero ayer la vi y mi sensación fue la de pasármelo bastante bien y en muchos momentos reírme a carcajadas, y no creo que el sentido de la película vaya más allá, por tanto, acierto pleno ya que intenta hacer que pases un rato divertido y lo consigue con creces, en base a tirar de bromas a costa de los tópicos andaluces y vascos, pero con mucha gracia. No veo nada fácil el utilizar esos tópicos y que queden bien en una película, pero aquí, y esa es creo la clave de su éxito, no resulta ni banal ni empalagoso, sino gracioso y original mezclado con la historia que te cuenta el film.
 
 

Dani Rovira (Rafa y Antxón)

 
Rafa (Dani Rovira) es un joven señorito andaluz, fanático del Betis, del fino, la gomina y las mujeres, que jamás ha tenido que salir de Sevilla para conseguir todo eso. Pero todo da un giro cuando conoce a la primera mujer que se le resiste de primeras, Amaia (Clara Lago), una chica vasca guapísima que está de "despedida de soltera en Sevilla". Esa noche acaban juntos, y duermen sin más, aunque ella olvida su bolso que será el reclamo para ir a "Las Vascongadas" a buscarla, porque se ha enamorado de ella. Allí se hará pasar por vasco, para conseguir que le haga caso, se hace llamar Antxón seguido de varios apellidos vascos, a saber, Igartiburu, Urdangarín, Gabilondo, Arguiñano, Zubizarreta, Erentxun, Otegui... y Clemente.




Clara Lago (Amaia)

 
La eficacia cómica en varios apuntes que hace Rovira sobre el aspecto de Clara Lago (muy convincente en su rol de vasca arisca), el tema de los acentos (dónde Rovira cambia el tono de manera magistral y la verdad está excelso) ante un guión que es sencillo pero bien llevado a cabo. Tampoco hablamos de una película dónde la fotografía sea espectacular ni nada parecido, pero es que no le hace falta. Mención aparte es el trabajo de Karra Elejalde, que está simplemente espectacular encarnando al vasco bruto, con una experiencia y un regusto de actor que va sobrado realmente, a destacar. Hace de Koldo, el padre de Amaia, con la que ha tenido una relación no del todo buena.



 Clara Lago (Amaia) y Karra Elejalde (Koldo)
 
 
 
En la película que se monta Amaia, le presenta a su padre al que es su novio Antxón, al que acepta, no sin problemas, al principio con el que se va a casar, y a la que se hace pasar por su madre, Merche cambiada a Anne (Carmen Machi) también deliciosamente estupenda, en ese papel de mujer viuda de un guardia civil y hambrienta de amor. Entre todo esto subyace el tema de Antxón que se ha hecho famosete e incluso cabecilla entre los jóvenes de la Kale Borroka del pueblo, Argoitia, tratando el tema de ETA con fines cómicos, un tema escabroso, que puede levantar polémica o no, pero que aquí son represntados por gente maleable, poco avispadas y bastante inofensivas.
 


 Dani Rovira, Clara Lago y Carmen Machi (Merche)
 
 
Si que resulta algo decepcionante, que todo acabe derivando hacia una comedia romántica convencional en la parte final, pero es ahí (y antes) dónde los personajes de Alfonso Sánchez y Alberto López (amigos de Rafa), resultan brillantes haciendo que no sea más de lo mismo en ese terreno.
 
En definitiva, sin ser la comedia del siglo, te pasas hora y media divertida con sus tópicos bien conjugados. Tanto si eres vasco como sevillano, puede que muchos de esos gags no te hagan demasiada gracia, pero eso no debe limitar para nada las risas y el pasarlo bien en una película para disfrutar.
 
Os dejo con el tráiler del film.
 
 

martes, 12 de marzo de 2013

Airbag (1996)

Cartel del film

En 1996 Juanma Bajo Ulloa dirige su tercer largometraje, una llamada road movie, pero que en realidad es una comedia en toda regla, diría más, una comedia con mucho humor negro (comedia negra si apuramos). Es una película golfa, gamberra y bastante sinvergüenza, para ser más concretos. El delirio, el exceso y las escenas desternillantes e inverosímiles dominan el film.


    Konradín, Paco y Juantxo


Juantxo (Karra Elejalde) pertenece a una familia rica de la alta sociedad, tiene una carrera universitaria, un gran trabajo y va a a casarse con una chica guapa y con dinero. Pero Juantxo es un auténtico pardillo, y sus amigos en la despedida de soltero le preparan algo bastante especial. Mientras celebra su despedida en un prostíbulo, pierde su anillo de compromiso en una parte íntima de una de las mujeres del burdel y junto con sus amigos Paco (Alberto San Juan y Konradín (Fernando Guillén Cuervo) harán una búsqueda intensiva del mismo que será de lo más divertida.


  Juantxo y Pazos en La Kokotxa 


El trepidante viaje está lleno de vicio, corrupción y delirio. En concreto el personaje de Pazos (Manuel Manquiña) me parece a destacar, en una actuación deslumbrante.
Además la película cuenta con un elenco de actores españoles estupendo, entre los que destacan Paco Rabal como el señor Villambrosa, Luis Cuenca (Souza), Pilar Bardem (Hermenegilda, dueña del prostíbulo), etc... y la portuguesa María de Medeiros que está genial.

Fátima do Espírito Santo (María de Medeiros) 

También a destacar los cameos, que ya en esa época empezaban a ser frecuentes. A destacar el de Santiago Segura (Candidato Paiño), Karlos Arguiñano (Don Serafín), Alaska, o Javier Bardem.

El señor Villambrosa (Paco Rabal)



 Os dejo con este film, divertidísimo que no me canso de ver.