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martes, 28 de diciembre de 2021

Spider-Man: No Way Home (2021)

Spider-Man: No way home se ha convertido a final de año en el gran acontecimiento cinematográfico de 2021, arrasando en taquilla y provocando la vuelta en masa del público a las salas. Y la verdad es que la nueva aventura del trepamuros (que fui a ver sin saber nada previo) vuelve a estar a un gran nivel, consiguiendo entretener de manera tremenda a lo largo de las dos horas y media de metraje. Tom Holland vuelve a dar vida a Spider-Man en un film que comienza con algo aterrador que viene de la anterior (Spider-Man: Far from home), y es que Mysterio (el villano al que daba vida Jake Gyllenhaal) desvela el nombre real de el superhéroe en un vídeo, lo que provoca que ya no sea capaz de separar su vida normal de los enormes riesgos que conlleva ser el hombre araña. Pero una cosa tengo clara, siempre ha sido mi superhéroe favorito y nunca me decepciona y en esta película me lo he pasado pipa. 


Aquí hay un detalle muy importante y es que en esta película el personaje de Spider-Man alcanza la madurez (está en el último año de instituto antes de ir a la universidad), ya que hasta ahora siempre había sido un personaje en edad adolescente, que no acababa de definirse a sí mismo y se preocupaba por hacer lo justo y correcto. Pero ya en Far from home esa situación iba un poco al límite, y como toda maduración tendrá que tomar decisiones importantes que en algunos momentos comprometen a su gente más cercana. Es una evolución lógica y es la manera de cerrar una etapa de una manera importante. Pero como se ve en el film, en esa maduración no todo son buenas decisiones y en un guion bien hilado, las buenas intenciones de Peter Parker llevan a situaciones realmente peligrosas y desastrosas.

Estas decisiones que toma Peter Parker serán el hilo conductor del film, y eso que la entrada gloriosa del Doctor Strange, al que él acude pidiendo ayuda, será el detonante de la llegada del multiverso, algo que pone patas arriba la ciudad de New York, literalmente, no sin antes ser avisado por su amigo, de que gracias a uno de sus hechizos podrían empezar a aparecer viejos enemigos del pasado. Y ahí sí que desde luego el film está soberbio, esa idea de recuperar a villanos de otros universos es el gran acicate de la cinta, una idea inesperada que cuadra a la perfección con la decisión de adaptar a estos supervillanos y no dejarlos a su deriva perdidos individualmente. Muy importante destacar el humor siempre imperante, que me sacó varias carcajadas, y desde luego en esta parte muchas, muy bien llevado.


En la recuperación de antiguos villanos hay varios escalones de protagonismo, y es evidente que en la parte alta están el Doctor Octopus de Alfred Molina y el Duende Verde de Willem Dafoe, funcionando muy bien lo que dan a la película. Como dije antes, el personaje de Tom Holland empieza a salir del huevo, empezando a dejar de estar tutelado, y eso hace que se desenvuelva bien en situaciones dramáticas, algo bueno de cara al futuro.
Jon Watts quizás no sea el director perfecto de esta saga, pero he de admitir que en esta película ha multiplicado esfuerzos y hay escenas que se te quedan, una sorpresa tremenda (que seguramente a estas alturas ya casi todos sabéis, pero que dejo en el aire para quién aún no la haya visto) y el espectáculo está más que asegurado en todo el metraje.



Spider-Man: No way home es super entretenida, no sé si será el mejor film del año, pero desde luego os aseguro una cosa y es que no decepciona y sabe equilibrar el espectáculo con la narrativa para que su protagonista siga creciendo y avanzando, y esa no era tarea fácil.

Os dejo con el tráiler del film.

domingo, 11 de agosto de 2019

Spider-Man: Far from Home (2019)


Jon Watts dirige magníficamente esta nueva entrega del hombre araña, que ha superado con creces mis expectativas, mirando al mismo nivel al clásico de Sam Raimi. Spider-Man Homecoming dejó un buen regusto, una apuesta agradable y que aportó buenas sensaciones. Pero aquí, no olvidemos, que ya todas las películas de Marvel tienen un enlace entre ellas, y lo que en esta sucede viene después de Endgame, último capítulo de Vengadores, donde desaparecía Tony Stark (de hecho se dedica el film a su figura in memoriam), y teniendo como delfín en el futuro a Peter Parker, que para Tony era su sucesor.


En esta cinta se apuesta desde el primer momento por la comedia romántica adolescente, pero en esta caso particular se mezcla de manera perfecta con la misión que tendrá que cumplir el joven superhéroe y que les llevará por varias localizaciones europeas (Venecia, Praga, Berlín, etc...) como si fuera un film de 007 teniendo algún que otro paralelismo.
Pero aquí una de las grandes apuestas está en el villano, Mysterio, encarnado por Jake Gyllenhaal que, en su línea, está soberbio. Nick Fury (Samuel L. Jackson) y el propio Peter Parker caen en la trampa de creer que Mysterio está de su lado, y tendrán que desenredar la madeja que ha puesto sobre ellos. El ataque de las criaturas elementales será una prueba de fuego en todos los sentidos.


Tom Holland vuelve a brillar, pero aquí sus secundarios están realmente tremendos. Todos sus amigos con los que va a pasar unos días de vacaciones a Europa, acaban siendo sus mejores aliados y aportan lo mejor, creando una coralidad muy buena. Todos los personajes tienen desarrollo acorde y aportan algo, no desentonando para nada. Happy (Jon Favreau), May (Marisa Tomei) o la encantadora MJ (Zendaya) tienen una química especial con Holland, con cuyo personaje es imposible no identificarse.


Así las cosas, son dos horas de diversión auténtica, que se pasan volando, un hombre araña que está en su mejor momento y unas escenas post-créditos de lo más impactante que he visto en mucho tiempo y que marcará un enorme punto de inflexión para el arácnido humano a partir de ahora. Disfrutad con las escenas de drones (la batalla en la Torre de Londres es impresionante), con las vistas de Praga (ciudad que adoro) y todas las escenas rodadas allí y con un poco de pena por los destrozos en Venecia (también rodada de lujo).


Os dejo con el tráiler del film.

viernes, 25 de agosto de 2017

The Beguiled (2017)


Sofia Coppola dirige este remake de El Seductor, basado en la novela de Thomas Cullinam, que en 1971 dirigiese Don Siegel y cuyos protagonistas eran Clint Eastwood y Geraldine Page. 46 años después la hija de Francis Ford Coppola ha logrado hacer un buen film, su sexto hasta la fecha, y ha conformado una cinta que teniendo un ritmo algo lento, es compacta y no tiene desbarres. La ambientación es la adecuada a partir de pocos elementos, pero muy bien escogidos, para dar a entender su idea de la película, a la que los actores y actrices colaboran en gran medida.


Los hechos se desarrollan en 1864, durante el tercer año de la Guerra de Secesión americana, en la que cae herido un soldado de la Unión, John McBurney (Colin Farrell) que va a parar a una escuela femenina de Virginia, donde sólo viven mujeres. Primero le cura la dueña, Martha (una espléndida Nicole Kidman), y como era de esperar, todas las demás niñas y mujeres dan sus mejores atenciones al convaleciente, cuya pierna va cicatrizando poco a poco. Lo que no es consciente el soldado, es que se ha metido en un territorio dominado por mujeres, y los celos y las envidias entre ellas surgen, cosa que le acabará afectando a él, que es minoría. También Kirten Dunst y Elle Fanning están maravillosas en su papel de rivales por él.


El marco no puede ser mejor, una amplia y gran casa de un estado sureño como Virginia, estado de plantaciones y esclavitud de los negros por antonomasia en aquella época. El soldado una vez se va recuperando, empieza a entablar buena amistad con todas las chicas y mujeres, pero cometerá un grave error, enamorarse de una de ellas, eso despierta unas pasiones hasta entonces desconocidas en ellas, que elevarán los niveles de envidia hasta límites insospechados, incluyendo un fatal golpe del hombre.


Además hay que tener en cuenta un detalle muy importante, que se refleja de manera perfecta en toda la película, y es el tema religioso. Martha y sus alumnas son muy creyentes y rezan diariamente en varias ocasiones, pero eso no les impide velar por su instinto de supervivencia cuando se ven amenazadas por la ira del soldado, que ha quedado malherido.
Otra curiosidad es que la banda sonora corre a cargo de la banda francesa Phoenix, de la que la directora es fan absoluta, pero os puedo asegurar que se nota poco que son ellos, aunque está muy adecuada al film.


Os dejo con el traíler de este buen film.

sábado, 29 de julio de 2017

Spider-Man: Homecoming (2017)


Nueva aventura del hombre araña, encarnado por Tom Holland, que ya lo hizo estupendamente en Capitán América: Civil War. Aquí hay un componente de cine adolescente bastante importante, y Jon Watts el director lo trata bastante bien. Una vez descubierta su identidad como Spider-Man, con la experiencia vivida con los Vengadores, Peter Parker tiene como mentor a Tony Stark, con la supervisión constante e intermedia de Happy (Jon Favreau), regresa a casa donde vive con su tía (Marisa Tomei), donde intenta tener una vida normal, como cualquier chico de su edad, pero su supuesta "Beca Stark" le tiene de aquí para allá, hasta la aparición de un nuevo villano Vulture (Michael Keaton), que hará que muchas cosas que él quiere se vean amenazadas.


A diferencia de otros films, Spider-Man: Homecoming no empieza con los divertidísimos minutos de la participación del hombre araña en la escena del aeropuerto de Capitán América: Civil War, que sale un poco más adelante y desde su perspectiva, sino que aquí pertenece por completo a un extraordinario Michael Keaton, que está realmente soberbio a lo largo del metraje. Es ahí donde la eterna situación de los villanos de Marvel, se soluciona en este caso, ya que Vulture tiene humanidad y se distingue de los que quieren dominar el mundo o el universo.
Ahí es donde Keaton lo borda, porque por un lado muestra lo temible que puede llegar a ser y por otro que vela por su familia más que nadie, e incluso momentos donde se funden ambas cosas a la vez (momentazo por cierto).


La presencia a modo de mentor y de, por así decirlo, de profesor corrector que va puliendo fallos y errores del superhéore adolescente de Tony Stark, está completamente justificada y no interfiere para nada en la historia, tiene sus apariciones estelares cuando son necesarias, pero no ensombrece para nada a su delfín Peter Parker, que somo es lógico, a medida que va descubriendo la cantidad de cosas que tiene el traje que su jefe le ha dado, se dará cuenta que no todas las puede controlar y que muchas veces deberá revisarlas para saber que hacer con cada una de ellas en el momento adecuado. Sólo Buitre, será el que le haga sombra y hacérselo pasar mal en varias ocasiones.


Pero como decía al inicio, la película tiene un aire a rollo de adolescentes de los 80 tremendo, con guiños incluidos a muchos de esos films (el comportamiento de algunos personajes), pero eso hace mostrar otra faceta del chaval Peter Parker, que permite aceptar mejor el hecho de que sea un inadaptado en el instituto, y también el cambio en la relación con su tía (una Marisa Tomei que sigue estando maravillosa). Todo esto es un acierto del director, pero sin embargo, y no todo son alabanzas, hay cosas digamos nuevas que se han incorporado al superhéroe que se alejan del clásico, moderneces que siendo visuales y chulas hacen que se aleje del clásico trepamuros, y eso que aquí trepa y de lo lindo, pero con extras y ayudas.


En definitiva esta película es una apuesta absoluta por la diversión, que la tiene y mucha, y en eso os aseguro que lo borda. La resolución de las batallas, con algún que otro pero, son más que brillantes, y desde mi butaca tuve la sensación de que me pasaba rápida la cinta, y los momentos de humor, que los hay y muchos, están tan bien repartidos que son el condimento perfecto para el redondeo final, porque los saltos que hay de lo desenfadado a lo dramático va suave y del tirón, además de que Tom Holland lo hace de vicio, parece hecho para este papel, le viene como un guante.
Por cierto, recordad quedarse en la sala para las escenas post-crédito, aquí hay dos maravillosas.


Os dejo con el tráiler de Spider-Man: Homecoming.

domingo, 12 de junio de 2016

The Nice Guys (2016)

Cartel del film

Shane Black dirige Dos buenos tipos, una muy interesante recreación de 1977, a través de dos detectives bastante patosos, interpretados por Russell Crowe y Ryan Gosling. Black se convirtió con 24 años en un chico maravillas en Hollywood, tras reinventar la comedia de acción, con guiones como Arma Letal (1987), El último Boy Scout (1991) o El Último Gran Héroe (1993). Después de una década en el dique seco, por el fracaso de taquilla de Memoria Letal (1995), Black volvió a la escena con su debut como director en Kiss Kiss Bang Bang (2005), eléctrico film, que atenuaba la acción y enfatizaba sus referencias a grandes obras. Su último film era Iron Man 3 (2013). Así, este tipo se convirtió en puente entre dos tradiciones de género, el cine negro y la buddy movie (película de amigos). De esa conexión surge este film, donde se mezclan secuencias de acción trepidante con humor viril, diálogos chanantes, rápidos y agresivamente sarcásticos.


El film se desarrolla en Los Ángeles en 1977 y nos cuenta la historia de un detective, Holland March (Ryan Gosling, cuya bis cómica es excepcional), y el matón a sueldo Jackson Healy (interpretado por un orondo Russell Crowe de maravilla), los cuales se ven forzados a resolver juntos el caso de una joven desaparecida, la muerte de una estrella del porno (escena inicial impagable), el incendio de la casa del director y una conspiración criminal que llega hasta las altas esferas. Healy se gana la vida intimidando a tipos que abusan de jovencitas y March, con un mostacho setentero de actor porno, es un sabueso viudo y borracho que lleva el mensaje en la mano escrito de "Nunca serás feliz", y cuida a su manera de su hija Holly March, interpretada por Angourie Rice.


La trama navega entre el mundo del cine para adultos, la industria del automóvil (que en aquellos tiempos tenía a Detroit como lugar imprescindible), y por supuesto la corrupción en las altas esferas. Además incluye activistas medioambientales, fiestas lujuriosas con piscinas llenas de sirenas y abejas gigantes que hablan. Es evidente que se nos presenta a una ciudad como Los Ángeles en decadencia de todo tipo, es una nube tóxica absoluta, pero el director abandona ese retrato para centrarse en una serie de persecuciones y mamporros, salpicada con constantes gags, que hacen que el ritmo no decaiga casi nunca. 


Pero claro, no todo iba a ser bueno, y la sorpresa negativa la da Kim Basinger, en el que probablemente sea su peor papel hasta la fecha, y la tenía en buena consideración. A parte de que tiene la cara estiradísima (se le notan muchas operaciones), da vida a Judith Kuttner, la madre de Amelia Kuttner (Margaret Qualley), una poderosa burócrata que mueve hilos con la gente importante. Afortunadamente, la química brutal entre Crowe y Gosling que domina el film, hace que te olvides de ese pequeño gran lunar. Su intercambio de pullas, donde a veces falta algo de mala uva, nos descubre la comicidad excelente de Ryan que se cae, vomita, llora, grita, nada con las sirenas, y hace mil payasadas que muchas veces su propia hija le cubre.


Es innegable el parecido con Boogie Nights (1997), pero aquí la laca, las corbatas llamativas como baberos y esas paredes de empapelado lisérgico, se unen a una cuidada banda sonora llena de funky y soul de Earth, Wind & Fire, The Temptations o Al Green, que por momentos me recordaba a la banda sonora de Jackie Brown.
En el asunto de los villanos destaca Matt Bomer como John Boy, realmente excelente como malo malísimo, y con sus guiños humorísticos incluidos.
En definitiva un film divertido, con acción y que te hace pasar un muy buen rato en la butaca, de esos días que sales contento del cine.


Os dejo con el tráiler de Dos buenos tipos.