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sábado, 31 de agosto de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXIII)

Como decía ayer, Sidney Lumet dirige Veredicto final en 1982, un exquisito director que tenía ya a sus espaldas cinco fructíferos años como realizador televisivo, pero ya antes en 1957 se había estrenado en la gran pantalla con títulos como Doce hombres sin piedad, luego Piel de serpiente (1960), Larga jornada hacia la noche (1962), Punto límite (1964), La colina de los hombres perdidos (1965), Llamada para un muerto (1967), Sérpico (1973), Asesinato en el Orient Express (1974), Tarde de Perros (1975), Network, un mundo implacable (1976) o La trampa de la muerte (1982), antes de este Veredicto final que salió ya en diciembre de ese 1982.
Este film estaba basado en una novela escrita por Barry Reed en 1980, que servía como base al espléndido guión escrito por David Mamet, quién hasta ese momento solo había asomado como guionista en El cartero siempre llama dos veces.
Aquí nos cuenta la historia de Frank Galvin, al que da vida un magnífico Paul Newman, un maduro abogado en decadencia, adicto al alcohol y que sobrevive gracias a pequeños y rutinarios trabajos. Un antiguo socio le recuerda el caso, todavía sin resolver, de un error médico cometido en un hospital tutelado por la iglesia y del que Galvin se había ocupado. No resulta fácil para él volver a trabajar de forma profesional, pero su tesón es tal que no tarda en averiguar que puede ganar el caso. Es entonces cuando empieza a recibir ofertas económicas para arreglar el asunto sin ir a juicio, pero Galvin está dispuesto a jugárselo todo, tanto para conseguir una importante indemnización para los familiares como para rehabilitarse como abogado y como persona. Ed Concannon (James Mason) es su encarnizado rival como abogado, que utiliza todas las tretas conocidas y desconocidas, mientras que el personaje femenino de Laura Fischer era para Charlotte Rampling (papel ofrecido en primera instancia a Julie Christie que rechazó).


En otra escena mítica Frank Galvin hace su alegato final con un discurso original y valiente.

Os dejo con la mítica escena.

viernes, 30 de agosto de 2024

Escenas míticas del cine (CCCLXII)


Sidney Lumet dirige Veredicto final en 1982, un exquisito director que tenía ya a sus espaldas cinco fructíferos años como realizador televisivo, pero ya antes en 1957 se había estrenado en la gran pantalla con títulos como Doce hombres sin piedad, luego Piel de serpiente (1960), Larga jornada hacia la noche (1962), Punto límite (1964), La colina de los hombres perdidos (1965), Llamada para un muerto (1967), Sérpico (1973), Asesinato en el Orient Express (1974), Tarde de Perros (1975), Network, un mundo implacable (1976) o La trampa de la muerte (1982), antes de este Veredicto final que salió ya en diciembre de ese 1982.
Este film estaba basado en una novela escrita por Barry Reed en 1980, que servía como base al espléndido guión escrito por David Mamet, quién hasta ese momento solo había asomado como guionista en El cartero siempre llama dos veces.
Aquí nos cuenta la historia de Frank Galvin, al que da vida un magnífico Paul Newman, un maduro abogado en decadencia, adicto al alcohol y que sobrevive gracias a pequeños y rutinarios trabajos. Un antiguo socio le recuerda el caso, todavía sin resolver, de un error médico cometido en un hospital tutelado por la iglesia y del que Galvin se había ocupado. No resulta fácil para él volver a trabajar de forma profesional, pero su tesón es tal que no tarda en averiguar que puede ganar el caso. Es entonces cuando empieza a recibir ofertas económicas para arreglar el asunto sin ir a juicio, pero Galvin está dispuesto a jugárselo todo, tanto para conseguir una importante indemnización para los familiares como para rehabilitarse como abogado y como persona. Ed Concannon (James Mason) es su encarnizado rival como abogado, que utiliza todas las tretas conocidas y desconocidas, mientras que el personaje femenino de Laura Fischer era para Charlotte Rampling (papel ofrecido en primera instancia a Julie Christie que rechazó).


En una escena mítica Frank va a hablar con el Doctor Gruber (Lewis J. Stadlen) que va con prisa, pero consigue que puedan quedar otro día para su declaración que se antoja fundamental en el caso (él era claro con respecto a la negligencia médica que se cometió), y en el momento final cuando le acompaña al coche Galvin le pregunta "¿porqué hace usted esto?", a lo que Gruber contesta "Porque es lo justo, ¿no lo cree usted así?".

Os dejo con la mítica escena.

martes, 14 de diciembre de 2021

Escenas míticas del cine (CCI)

En 1957 Sidney Lumet dirige su ópera prima 12 Hombres sin piedad (12 Angry Men). La historia narra como los doce miembros de un jurado deben juzgar a un adolescente acusado de haber matado a su padre. En una reunión de dicho jurado once de ellos están convencidos de la culpabilidad del muchacho y solamente uno disiente con respecto al resto (el número 8 al que interpreta Henry Fonda). Sus razonamientos intentan introducir una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien el sentido de su voto. Lo que le sucede a ese miembro del jurado es que tiene una duda razonable, y deja claro a los demás que están decidiendo sobre la vida de ese muchacho que está en sus manos. Los doce componentes de ese jurado representan al ser humano en general.


En una mítica escena se empiezan las votaciones de los 12 miembros, y en la primera sale 11-1, ganando culpable por mayoría, hasta que ese voto de inocente va explicando sus razones...

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Escenas míticas del cine (LXV)



Como he comentado hace escasos minutos Sidney Lumet dirige la adaptación de la novela de Agatha Christie, Asesinato en el Orient Express en 1974, y tiene un reparto a su disposición, bajo mi punto de vista sublime, y aunque la que recibió el Oscar fue Ingrid Bergman, a mi hay una actriz que siempre me cautivó, por su nivelazo en la actuación, esa era Lauren Bacall, mujer fatal donde las haya (glamour del viejo Hollywood), y en el papel de éste film aún más, y es cuando ves a la gran Michelle Pfeiffer en el nuevo remake de Kenneth Branagh cuando es inevitable comparar ya que ambos son el mismo papel, y ojo, miren que adoro a la Pfeiffer, pero señoras y señoras, la Bacall... era mucha Lauren...
En una escena mítica donde Hercule Poirot interpretado por un imponente Albert Finney la interroga de manera bestial, y ella saca todo su arsenal. Ese momento en el que ella, con suma habilidad, quiere enseñarle una pequeña prueba al detective y esparce todo el bolso en la mesa... y no le va a la zaga Finney cuando le dice al final "gracias por representar tan bien su papel". Es una escena SUBLIME.


Os dejo con la mítica escena.

Escenas míticas del cine (LXIV)


El otro día hablaba del nuevo remake de Asesinato en el Orient Express dirigido por Kenneth Branagh recién estrenado, a partir de la mítica novela de Agatha Christie llevada ya al cine en 1974 y dirigida en aquella ocasión por Sidney Lumet. En la antigua película, que tuvo múltiples premios, entre ellos el Oscar a mejor actriz secundaria a Ingrid Bergman, además de otras seis nominaciones, tenía una tirada de actores de primer nivel del momento (y veteranos) en el reparto, Anthony Perkins, Sean Connery, Lauren Bacall, etc., y un Albert Finney espectacular haciendo el papel de Hercule Poirot.
En una escena memorable, Poirot despacha su idea de lo sucedido sobre el asesinato que ocurre en el tren, y deja dos opciones, una bastante normalita, y otra más compleja...


Os dejo con la mítica escena.