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lunes, 27 de noviembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCXVII)

Como decía ayer, en 1987 el director británico Adrian Lyne dirige Atracción fatal, un severo thriller erótico que fue el germen de películas posteriores como Instinto Básico. La cinta contaba con dos actores que por aquel entonces estaban en un auge total, y ya eran famosos, por un lado Michael Douglas y por otro Glenn Close y que acabaron convirtiendo el trabajo en un pequeño clásico del cine y de la década de los 80.
Dan Gallagher, al que da vida Michael Douglas, lleva una vida perfecta, está casado y tiene una maravillosa esposa, una hija encantadora y un buen trabajo. En una fiesta conoce a Alex (Glenn Close), una atractiva mujer que le seduce y tienen una aventura, que para Dan es sólo eso, sin embargo para ella no. Cuando él le anuncia el fin de la relación reacciona con una violencia inaudita, en plan sicótico, no acepta ser rechazada y sus sentimientos se convierten en una obsesión enfermiza y peligrosa.
En una escena mítica Dan llega a casa y se encuentra con que Alex está hablando con su esposa Beth (Anne Archer) sobre venir a vivir a su casa, ya que ellos se van a ir a vivir al campo, y se saludan como si no se conocieran...


Os dejo con la mítica escena.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Escenas míticas del cine (CCCXVI)

En 1987 el director británico Adrian Lyne dirige Atracción fatal, un severo thriller erótico que fue el germen de películas posteriores como Instinto Básico. La cinta contaba con dos actores que por aquel entonces estaban en un auge total, y ya eran famosos, por un lado Michael Douglas y por otro Glenn Close y que acabaron convirtiendo el trabajo en un pequeño clásico del cine y de la década de los 80.
Dan Gallagher, al que da vida Michael Douglas, lleva una vida perfecta, está casado y tiene una maravillosa esposa, una hija encantadora y un buen trabajo. En una fiesta conoce a Alex (Glenn Close), una atractiva mujer que le seduce y tienen una aventura, que para Dan es sólo eso, sin embargo para ella no. Cuando él le anuncia el fin de la relación reacciona con una violencia inaudita, en plan sicótico, no acepta ser rechazada y sus sentimientos se convierten en una obsesión enfermiza y peligrosa.
En una escena mítica llegan juntos y tienen una conversación acalorada, en la que ella le recuerda que está embarazada, y él empieza a estar bastante nervioso, mientras ella le suelta una frase lapidaria... "no toleraré que me ignores..."


Os dejo con la mítica escena.

lunes, 22 de mayo de 2023

Escenas míticas del cine (CCLXXXI)


Joel Shumacher dirige en 1992 Falling down, traducida aquí como "Un día de furia", una de esas películas que vi en su día poco después de su estreno (hablo de un par de años) en televisión y en aquel momento no me convenció, fue años después cuando la volví a ver, y me divertí tanto, que comprendí que el film necesitaba mayor conocimiento y experiencia por mi parte para valorarla. Se trata de una extraordinaria película acerca de la condición humana, y de como nuestros comportamientos pueden llegar a generar las más disparatadas situaciones.
Michael Douglas está soberbio interpretando a William Foster, un hombre corriente que supera como puede sus frustraciones diarias en Los Ángeles, y que sólo quiere regresar a casa, pero durante una jornada de intensísimo calor, se juntan el colapso del tráfico, la ansiedad y el agobio, por lo que, de manera violenta, William se rebela contra todo lo que le rodea.
Mientras tanto, un oficial de policía ya veterano, Pendergast (Robert Duvall) intentará poner fin a esta sin razón.


William es un empleado de una importante firma de defensa, y padece un desequilibrio mental que en circunstancias normales no se manifiesta. Hoy, porque la película se desarrolla a lo largo de un día, es el cumpleaños de su hija y quiere ir a visitarla a casa de su ex esposa Beth (Barbara Hershey), de la que se divorció. A partir de su abandono del coche en un intenso tráfico, cruza la ciudad para cumplir su objetivo y le van surgiendo situaciones de lo más variopintas, desde una tienda de un coreano donde la lía, con unos ladrones que le quieren atracar y a los que espanta, en un McDonalds dónde quiere desayunar fuera del horario de desayuno, con un nazi de una tienda al que se acaba cargando... un sinfín de historias de lo más cómicas que sólo hacen que se vaya estrechando el círculo hacia él, para tener un final triste en la playa de Venice.


Precisamente en una de esas situaciones que suceden en su periplo, se cruza con dos hispanos que le quieren hacer pagar un peaje por pasar por su "zona", o lo que es lo mismo, le quieren atracar, y todo se salda con que William se defiende de ellos que le sacan una navaja, pegándoles con el bate de béisbol que él se quedó y era propiedad del coreano de la tienda. No contentos con eso, los hispanos se reagrupan y metidos en un coche llenos de armamento hasta arriba, van en busca de William, al que ven hablando en una cabina de teléfono (está llamando a su ex-mujer, para decirle que va a ir a su casa a ver a su hija por su cumpleaños), y deciden pasar rápido con el coche y disparar a diestro y siniestro, creyendo que matarán a su objetivo, que ni se inmuta y no sufre ni una herida, mientras caen abatidos varios viandantes. Instantes después William llega al sitio donde se han accidentado gravemente sus agresores, y le dice al que todavía vive: "has fallado" mientras coge una de sus armas y falla aposta, al final le dispara en una pierna y se queda con todas las armas que iban en una mochila de gimnasio.

Os dejo con la mítica escena.

miércoles, 18 de julio de 2018

Ant-Man and The Wasp (2018)


Marvel y su universo cinematográfico se ha agrandado tanto, que ya los spin-off de personajes secundarios tienen hasta segundas partes, y en el caso de Ant-Man, que ya en 2015 me pareció muy interesante, vuelve a estar dirigida por Peyton Reed y mejora aún más aquella propuesta inicial. Si bien aquella primera era lógicamente la explicación y el génesis de este pequeño superhéroe que se agiganta y empequeñece, en esta segunda y repitiendo con los mismos actores tiene un ritmo mucho más alto y toques de comedia que la hacen divertidísima.
Un auténtico acierto de film, que además consigue que disfrutes como un crío en la butaca.


Hay que destacar como es lógico, que toda segunda parte suele contar con mayor presupuesto, si la primera tuvo éxito, por tanto era de esperar que la factura técnica y visual mejorara y vaya si lo ha hecho. También se han cuidado más los detalles y se han currado una cantidad de guiños, que dan mucho que pensar para los frikies de las anécdotas. Estos claros avances también afectan al director, que se muestra más solvente y resolutivo, con lo que consigue una agilidad espectacular, que quizás la anterior cinta no tenía.
Pero ante todo la química entre los protagonistas es la clave, y eso fluye desde el primer momento. Paul Rudd como Ant-Man, Evangeline Lilly como La Avispa, Michael Douglas como el Dr. Hank Pym (la mente ideadora de todo) y Michelle Pfeiffer (Janet, mujer de Hank) lo bordan, con momentos realmente fascinantes. Si a esto le añadimos unos secundarios brutales, todo está en su salsa (Michael Peña está increíble).



Quizás los villanos son los que me fallan un poco en este film, de hecho Walton Goggins está algo desaprovechado, un excelente actor, cuyo papel ridiculizado parece casi de Walt Disney. Quizás eso haya que achacarlo al guión, que sin ser malo y salir muy airoso con numerosos gags cómicos, que quizás cuando debe dar el do de pecho baja el listón. Hannah JOhn-Kamen como Fantasma por momentos está coherente, pero en el final pierde toda la gracia.
de todas formas es interesante la secuencia temporal hilada, que viene tanto del primer film, como de la presencia de Scott Lang en "Capitán América: Guerra Civil" dentro de Los Vengadores, cosa que dejó algo tocada su relación con el Doctor Hank Pym y su hija, pero arregló la de él con su hija y ex-pareja. Es ahí precisamente donde se inicia el film, cuando Ant-Man intenta equilibrar su vida hogareña y sus responsabilidades de superhéroe.


La trama de esta cinta se centra en la misión que tanto Hope Van Dyne, como su padre Hank Pym, intentan recuperar a Janet (Michelle Pfeiffer), madre de la primera y esposa del segundo, que quedó encerrada en el submundo cuántico, mientras intentaban ella y su marido salvar al mundo de un misil destructivo. Ant-Man les ayudará, terminando de ensamblar un edificio con una máquina dentro que les permita transportarse a ese mundo cuántico y rescatarla. Pero los peligros de realizar la misión son elevados, surgiendo enemigos que quieren impedirlo por todos los medios.
Pero amigos entre la simpatía de Paul Rudd, las tonterías de Michael Peña, los diálogos chanantes y los encogmientos y agrandamientos de nuestro Ant-Man uno se lo pasó pipa en el cine.


Os dejo con el tráiler de Ant-Man y la avispa.

martes, 30 de mayo de 2017

Escenas míticas del cine (LIV)


Año 1992, se estrena Instinto Básico de Paul Verhoeven, un film que pasó a la historia por ser una gran película, pero sobre todo por una escena, que en mi caso particular vi en directo en mi butaca del cine, y aún hoy ronda mi cabeza, son segundos, diría que fracciones de segundo de un cruce y descruce de piernas que marcó para siempre el film y a su protagonista, Sharon Stone, y nos dejó a todos con una cara de no creérnoslo. En aquel momento, y no sólo hablo de la escena en si, a mi y los amigos que vimos el film en el cine, nos pareció una gran cinta por su guión, y una historia muy interesante, eso si, llena de erotismo intenso (a veces de mucho climax) y escenas de sexo que hoy en día no sé si serían permitidas. De hecho, el director tuvo multitud de problemas para obtener la calificación "R" que necesitaba por contrato y fue y volvió hasta nueve veces, el resultado una versión censurada de 42 segundos menos en Estados Unidos (ya se sabe, allí mucha violencia pero poco sexo) y la no censurada que vimos todos aquí en Europa.


El film trata sobre la muerte de Johnny Boz, un antiguo cantante de rock y propietario de un nightclub en San Francisco, que aparece brutalmente asesinado en su cama (primera escena del film, como no, con sexo a tope). Su novia era Catherine Tramell (Sharon Stone), una atractiva y muy sensual escritora de novelas de intriga, a la que interroga y vigila el agente Nick Curran (Michael Douglas), que no pasa por su mejor momento por temas de drogas y alcohol, cuya adicción está dejando, pero que caerá en otra adicción, la del sexo con la Tramell...
En cuanto a la escena mítica, donde Sharon Stone es la auténtica protagonista, tiene una agria polémica desde el mismo rodaje, y aunque la Stone accedió a que estuviera la escena en el montaje final (menos mal) tal y como se rodó, ella en el mismo momento se sintió muy dolida y molesta con el director. Al parecer, según su versión, Paul le dijo que la luz de los focos hacía evidente la ropa interior, así que le recomendó grabar sin ella. Cuando vio el resultado se sorprendió por lo explícita que era y abofeteó al director, antes de abandonar la proyección.


En resumidas cuentas, una escena por la que no pasan los años, os dejo con ella.

domingo, 19 de marzo de 2017

Ant-Man (2015)

Cartel del film

Tenía pendiente desde hace tiempo el visionado de Ant-Man, una secuela de Marvel que venía precedida de polémica por el abandono de Edgar Wright, el guionista, de la compañía donde llevaba 8 años trabajando en este proyecto, por diferencias creativas, cosa que no auguraba en su momento buenas perspectivas con respecto al film, pero tanto el tráiler en su día como las alabanzas que fui escuchando, me animaron mucho a verla. Personas de confianza me dieron el último espaldarazo para hacerme con ella y destriparla, y el resultado no ha podido ser más excepcional. Sobre todo y ante todo, se trata de una película que basada en un buen guión, que evidentemente tiene un desarrollo visual fantástico, posee una historia detrás de los personajes y las desarrolla, les insufla aire y les permite tener una historia propia.


Además de todo lo citado, la cinta tiene un componente de humor, que encaja perfectamente y queda como anillo al dedo durante todo el film, haciéndolo ágil, con gags y guiños realmente brutales, por un lado a "Iron Man", más que evidentes, por otro a aquella película "Cariño, he encogido a los niños" que protagonizaba Rick Moranis, mientras que el último es para "Toy Story", y ahí es donde se nota que Disney se hizo cargo de Marvel hace ya un tiempo. Sobre todos ellos sobrevuela la influencia de "El increíble hombre menguante" de Jack Arnold de 1957. Como es lógico el Hombre Hormiga es un súperhéroe extraído de los cómics, pero hablamos de un personaje casi insignificante, perdonadme la paradoja, del que se ha hecho una película entera, algo parecido a lo de Deadpool. Así Peyton Reed, el director va en tono ligero apostando por la fluidez antes que por la grandilocuencia.


Tras salir de la cárcel, el ladrón y estafador Scott Lang (Paul Rudd), quiere volver a ver a su hija, a la que no puede pagar la manutención, mientras ve como vive con su madre y otro hombre, de profesión policía. Entonces algo desesperado, recibe la propuesta de un amigo y sus dos colegas para hacer un robo en la casa del Dr. Hank Pym (Michael Douglas), algo que hace, y cuando entra allí y abre la caja fuerte, ve que solo hay un traje, que se lleva corriendo y atónito. Todo estaba preparado por el doctor, que le había elegido para realizar un trabajo especial. El científico, expulsado de la compañía que él mismo creó, suministra el traje especial al joven, que le otorga la capacidad de reducir su tamaño al de un insecto, al tiempo que aumenta considerablemente su fuerza. Así, cuando entiende este nuevo arma del que dispone, será capaz de comunicarse con los insectos y abrazará al héroe interior que lleva dentro, a la vez que olvida su vida de delincuente y se centra en hacer el bien y salvar al mundo de una terrible amenaza.


Aquí evidentemente hay peleas, hay acción y demás, pero ni es empalagoso ni satura, todo está en su justa medida, siendo el humor una pieza clave incluso dentro de ese tipo de escenas. Michael Peña en ese aspecto, está realmente extraordinario. Una cosa importante a no olvidar, es que hablamos de una película de robos y atracos maravillosa, pero que limita la historia claro está, y también implica que muchas relaciones de los personajes no se extiendan más todavía, aunque el ritmo ágil y fluido del film hace que el aburrimiento no aparezca en todo el metraje. Así conocemos a un nuevo superhéroe, que pasará a formar parte de Los Vengadores (como vimos en Capitán América: Civil War), y se dejan claro posibles secuelas de ésta en las escenas post-crédito. Ojo a la legión de hormigas, es una maravilla lo bien hechas que están, con mucho carisma.


Paul Rudd está muy digno, además me cae bien, se basa en su carisma y en elevar su encanto, con lo que rápidamente empatizas con su personaje, Michael Douglas está brutal, primero porque es un actorazo y segundo porque vuelve aquí a hacer un personaje de bueno, después de muchos villanos, y claro, es tan bueno para unos como para los otros. La guapísima Evangeline Lilly cuyo personaje parecía limitado a priori, consigue que tenga vida propia y te enganche. Corey Stoll como villano cumple perfectamente, y mezcla al hombre de negocios con una perturbada mente de manera coherente.



Os dejo con el tráiler de esta divertidísima película, de la que me hecho fan absoluto.

lunes, 21 de marzo de 2016

Black Rain (1989)

Cartel del film

A finales de los años 80 y después de una década donde se busca la máxima recaudación satisfaciendo al gran público (los jóvenes de la época, pero también a los maduros), primando los efectos especiales, tramas efectistas y una puesta en escena por lo general artificiosa que bebía del mundo de la publicidad y el videoclip, sale este film de 1989. Y hasta ahí fue a parar un director como Ridley Scott cuyas obras maestras del cine de ciencia ficción, tanto Alien (1979) como Blade Runner (1982) le daban para vivir muy desahogado. En este caso, el film debía dirigirlo Paul Verhoeven, pero Scott tuvo que hacerse con las riendas y un elenco de actores de primer nivel, y donde el recién oscarizado Michael Douglas (por Wall Street) y un pujante Andy García, compartían protagonismo. Se nota su mano en la atmósfera opresiva y decadente, muy bien hecha.

  Charlie (Andy García) & Nick (Michael Douglas) 

Anoche tuve la oportunidad de volver a verla, y de constatar que sigue pasando muy bien el tiempo por ella. Nick Conklin (Michael Douglas) y Charlie Vincent (Andy García) son dos policías de Nueva York a los que asignan la misión de escoltar a un peligroso asesino Yakuza hasta Japón (Sato, interpretado por Yusaku Matsuda), que al llegar al aeropuerto de Osaka se escapa. En la búsqueda para atraparlo, van a verse metidos en los bajos fondos de la ciudad e involucrados en una encarnizada guerra entre bandas rivales de la mafia japonesa. Pero allí contarán con la ayuda del Subinspector de la preceptura de policía de Osaka, Masahiro Matsumoto (que interpreta Ken Takakura). Esa lucha de grupos mafiosos, tiene como causa unas planchas para la falsificación de dólares.

Sato (Yusaku Matsuda)

Todo esto les obliga a introducirse más y más en los círculos de la mafia local. En el sitio y lugar más inesperados y tras una noche de fiesta en la que Andy García se marca en un karaoke un tema de Ray Charles (What'd I say) acompañado de Masahiro, el policía neoyorkino "Charlie Vincent" muere asesinado a manos de Sato y su banda de motoristas.
Es entonces cuando Nick, se da cuenta de que deberá usar los mismos métodos que los criminales japoneses si quiere honrar a su compañero. En el camino se cruzará con una mujer, Joyce (Kate Capshaw), que guarda ciertos paralelismos con la forma de ver la vida de Nick, aportando una visión turbia y melancólica de los clubs de los bajos fondos japoneses, pero que echará un importante cable a Nick cuando se queda solo.

Joyce (Kate Capshaw) & Nick (Michael Douglas)

Como anécdota, decir que Yusaku Matsuda que hace el papel del villano Sato (que descartó Jackie Chan) tenía cáncer de vejiga y sabía que iría a peor durante el rodaje, pero eligió participar manifestando "Así, voy a vivir para siempre" (menudo epitafio). Ridley Scott al parecer no tenía conocimiento de la enfermedad del actor, que falleció a 7 semanas del estreno. Michael Douglas está excelente, en ese papel de policía no del todo honesto (con un atiguo caso corrupto a sus espaldas) pero muy bueno en su trabajo, Andy García borda el papel de policía ejemplar y algo ingenuo, mientras Ken Takakura está excelente como policía japonés, que debe saltarse sus estrictas normas para ayudar a sus amigos americanos.

Masuhiro (Ken Takakura)

Me encanta la atmósfera opresiva de las calles de Osaka, perfectamente detallada, muy bien llevada la amistad de los dos policías, esa dualidad entre la cultura colectiva japonesa y sus códigos de honor y la individualista occidental, la organización yakuza, el psicótico mafioso que busca escalar posiciones dentro de los Oyabun, etc., así resulta muy interesante desde el punto de vista social y de mentalidades. Se nos presenta a un Japón desarrollado, activo teconológicamente hablando y vivo, pero controlado por el poder de la mafia japonesa que viene de largo, personificada en los Yakuza...



Os dejo con la escena final, cuando Nick y Masahiro se dan un regalo cada uno al otro, alguno muy especial.


sábado, 15 de febrero de 2014

Falling down (1992)


Joel Shumacher dirige en 1992 Falling down, traducida aquí como "Un día de furia", una de esas películas que vi en su día poco después de su estreno (hablo de un par de años) en televisión y en aquel momento no me convenció, fue años después cuando la volví a ver, y me divertí tanto, que comprendí que el film necesitaba mayor conocimiento y experiencia por mi parte para valorarla. Se trata de una extraordinaria película acerca de la condición humana, y de como nuestros comportamientos pueden llegar a generar las más disparatadas situaciones.
Michael Douglas está soberbio interpretando a William Foster, un hombre corriente que supera como puede sus frustraciones diarias en Los Ángeles, y que sólo quiere regresar a casa, pero durante una jornada de intensísimo calor, se juntan el colapso del tráfico, la ansiedad y el agobio, por lo que, de manera violenta, William se rebela contra todo lo que le rodea.
Mientras tanto, un oficial de policía ya veterano, Pendergast (Robert Duvall) intentará poner fin a esta sin razón.

  
William es un empleado de una importante firma de defensa, y padece un desequilibrio mental que en circunstancias normales no se manifiesta. Hoy, porque la película se desarrolla a lo largo de un día, es el cumpleaños de su hija y quiere ir a visitarla a casa de su ex esposa Beth (Barbara Hershey), de la que se divorció. A partir de su abandono del coche en un intenso tráfico, cruza la ciudad para cumplir su objetivo y le van surgiendo situaciones de lo más variopintas, desde una tienda de un coreano donde la lía, con unos ladrones que le quieren atracar y a los que espanta, en un McDonalds dónde quiere desayunar fuera del horario de desayuno, con un nazi de una tienda al que se acaba cargando... un sinfín de historias de lo más cómicas que sólo hacen que se vaya estrechando el círculo hacia él, para tener un final triste en la playa de Venice.
 

Una película inquietante, con muchas gotas de humor, más de las que os podaís imaginar, y un reparto exquisito, destacando Michael Douglas por encima de todos.
Os dejo con una mítica escena, la de la hamburguesería cuando William quiere pedir desayuno fuera de horario y suelta una de sus frases lapidarias...
Rick ¿te suena la frase "El cliente siempre tiene razón"? Pues aquí estoy, soy el cliente y quiero desayunar... y esa tremenda crítica a la sociedad de consumo...