Es evidente que la figura de Pablo Escobar, uno de los narcotraficantes más importantes que ha habido, está muy de moda. La serie Narcos, sobre todo, le tiene 25 años después de su muerte muy en boga, pero la película Loving Pablo, basada en la novela de Virginia Vallejo "Amando a Pablo, odiando a Escobar", una famosa presentadora de televisión que fue su amante, era un proyecto que venía desde mayo de 2015, anterior al estreno de la serie de Netflix, pero que no empezó a rodarse hasta septiembre de 2016. Su estreno fue en el pasado verano en varios festivales, y ha ido teniendo unas críticas y recorrido que no han sido para tirar cohetes. Javier Bardem interpreta al narco, mientras que Penélope Cruz hace el papel de Virginia en el film dirigido por Fernando León de Aranoa. Pero también estuvo en 2014 Escobar: Paradise Lost, el film que tenía a Benicio del Toro haciendo el papel de Escobar o incluso de lado la historia de Barry Seal, el piloto que trabajó para el cártel y al que mató el propio Pablo, film que protagonizaba Tom Cruise del pasado 2017.
Todo esto hace también que, bajo mi punto de vista, se esté sobrexplotando la figura de un personaje que no es lo que se dice un ejemplo para el mundo.
He de decir ante todo que Javier Bardem lo borda y es lo mejor de la película, sin ningún lugar a dudas, cosa que tampoco sorprende, ya que es un extraordinario actor. Su caracterización es asombrosa, esa barriga que tenía, el pelo, el bigote, sus ropas, todo está cuidado al detalle.
Pero el gran atractivo del film resultaba a priori, ver al personaje desde el punto de vista de ella, la que fue su amante, Virginia Vallejo, lo que parecía que podía dar un lado más intimista, pero eso ocurre solo por momentos, y quiero pensar que el director quiso evitar una película demasiado empalagosa en todo instante.
El film lo que hace es centrarse en la figura de Pablo Escobar en todo momento, es un biopic puro y duro, y claro, hablamos de un tipo cuyos comienzos allá por los primeros años 80 estaban sus escarceos, incluso ascenso a la política, pero ese supuesto lado más humano no existe, si acaso con su mujer e hijos exclusivamente.
El problema de la película es que no tiene un ritmo convincente, y va dando tumbos de un lado a otro, simplemente con la cronología de unos hechos que acaban con la muerte del protagonista en diciembre de 1993, y como llega a quedarse solo al cargarse a todos aquellos que eran sus socios y cómplices, algo que se le volvió completamente en contra, a parte del cerco policial y judicial que le tenía cada vez más acorralado.
Las escenas de acción imprimen cierta electricidad al film, pero no acaban de darle ese ritmo que precisa, vuelve a decaer e incluso diría que cuando Cruz y Bardem se juntan en pantalla son los momentos menos brillantes. Ella, sigue siendo una actriz inexpresiva, y que no llega a hacer que me crea su personaje, una mujer que buscaba en él algo material, ya que cuando lo conoció en una fiesta, era un nuevo millonario colombiano.
Realmente la película no sorprende, todo lo peculiar que era el personaje y sus excentricidades ya las sabemos, y es ahí donde no nos dice nada nuevo la cinta. Pero el problema ante todo de la idea del director, es que quiso abarcar muchos frentes en la historia que tenía, y al final el resultado se queda a medias porque no focaliza un asunto en concreto.
No todo son cosas mediocres en el film, también hay aciertos como la recreación de la Colombia de los años 80, la escenificación de la escuela de sicarios, como se corrompía todo con dinero en aquellos años, etc...
En definitiva hablamos de una película correcta, ni tan mala como se la ha puesto, ni tan fantástica como podría haber sido.
Os dejo con el tráiler del film.