In the rush to exhume every Hammond B-3 jazz player of the 60s when acid jazz and Joey DeFrancesco first hit it big, Rhoda Scott seems to be forgotten. Perhaps it's because she's been living in Paris for the last 25 years. Perhaps it's because the classically-trained Scott attacks her instrument a little differently than the pisno players who learned the Hammond in a hurry to get gigs in a hurry. Scott's approach to the organ is as a band, not a single horn as Jimmy Smith and most other jazz organists. Also, her classical training gives her the sort of understanding of the organ's nuances that most of her contemporaries don't have. It should be noted that the only other musician on this 1991 compilation of ballads recorded in 1973 is drummer Michael Silva--Scott plays her own bass lines on the pedals (barefoot) without doubling on the left hand, which leaves her left hand free to do the sort of things the guitar player does in most organ groups. This set isn't recommended for those who want a hot party set of burners and blues (although she does turn up the heat on several cuts), Scott does err on occasion of being too show-offish in her virtuosity (or coming very close to sounding soap operaish) and Barbara Dennerlein fans will find it all too mainstream-sounding, but if you want some really pretty organ jazz (and yes, it is possible) and just some solid organ playing, you'll find it here from a woman who should be better known in the jazz world. And if you're wondering why the B-3 sounds a little different, that's because Scott uses both a Leslie speaker and the speaker Hammond preferred people used, which gives the B-3 a little bit of churchiness, even when the Leslie is on full speed.
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En la prisa por exhumar a todos los Hammond B-3 jazzistas de los 60 cuando el acid jazz y Joey DeFrancesco dieron el primer golpe, Rhoda Scott parece haber sido olvidada. Tal vez sea porque ha estado viviendo en París durante los últimos 25 años. Tal vez es porque la clásica Scott ataca su instrumento de manera un poco diferente a los músicos de pisno que aprendieron el Hammond de prisa para conseguir actuaciones de prisa. El enfoque de Scott hacia el órgano es como una banda, no como Jimmy Smith y la mayoría de los organistas de jazz. Además, su formación clásica le da el tipo de comprensión de los matices del órgano que la mayoría de sus contemporáneos no tienen. Cabe señalar que el único otro músico en esta compilación de baladas de 1991 grabada en 1973 es el baterista Michael Silva--Scott toca sus propias líneas de bajo en los pedales (descalza) sin doblar la mano izquierda, lo que deja su mano izquierda libre para hacer el tipo de cosas que el guitarrista hace en la mayoría de los grupos de órgano. Este set no es recomendable para aquellos que quieren un set de quemadores y blues de fiesta (aunque ella sube la temperatura en varios cortes), Scott se equivoca en ocasiones de ser demasiado presumido en su virtuosismo (o de acercarse mucho a sonar como una telenovela) y los fans de Barbara Dennerlein encontrarán que todo suena demasiado mainstream, pero si quieres un poco de jazz de órgano realmente bonito (y sí, es posible) y sólo un poco de sólida interpretación de órgano, lo encontrarás aquí de una mujer que debería ser más conocida en el mundo del jazz. Y si te preguntas por qué el B-3 suena un poco diferente, es porque Scott usa tanto un altavoz de Leslie como el altavoz que prefiere la gente de Hammond, lo que le da al B-3 un poco de religiosidad, incluso cuando el Leslie va a toda velocidad.
01 - Summertime
02 - My Funny Valentine
03 - Round Midnight
04 - Misty
05 - Tanikka
06 - Never Let Me Go
07 - Ballade For Doriane
08 - My Ship
09 - Mood Indigo
10 - Watch What Happens (Lola's Theme)
11 - La Valse A Charlotte
02 - My Funny Valentine
03 - Round Midnight
04 - Misty
05 - Tanikka
06 - Never Let Me Go
07 - Ballade For Doriane
08 - My Ship
09 - Mood Indigo
10 - Watch What Happens (Lola's Theme)
11 - La Valse A Charlotte
Credits:
Drums – Michael Silva
Organ – Rhoda Scott
Label: Verve Records – 847 862-2, Polygram Jazz – 847 862-2
Genre: Jazz
Recorded At – Studios Barclay-Hoche Enregistrements
1 TO 4,6,8 & 9 Recorded March 27,1973
5 & 11 Recorded August 27, 1975
7 & 10 Recorded March 28, 1973
Drums – Michael Silva
Organ – Rhoda Scott
Label: Verve Records – 847 862-2, Polygram Jazz – 847 862-2
Genre: Jazz
Recorded At – Studios Barclay-Hoche Enregistrements
1 TO 4,6,8 & 9 Recorded March 27,1973
5 & 11 Recorded August 27, 1975
7 & 10 Recorded March 28, 1973
La de vueltas que un crítico ha de dar para no decir lo obvio: que Rhoda no es realmente un músico R&B, ni de jazz, sino una intérprete religiosa de gospel. Si te gusta la música de iglesia gringa es un Lp genial. En otro caso, no vas a encontrar lo que buscas. Es una música que posee un tratamiento baptista, para acompañar a la oración, incluso en los temas rápidos. Toca estandars del Tin Pan Alley, pero tienen siempre un deje a iglesia. A veces versionea a Jimmy Smith, pero la dama vive atrapada en la religión desde que nació. Yo la vi en vivo en Montpellier a principios de los años 90. No sabía de qué palo iba. Tocaba bien, pero lo que tocaba no era realmente bailable. La sección rítmica era un acompañamiento uniforme, plano, como yendo por su parte. Nada que ver con la percusión de jazz. Se despidió tocando la única pieza que sonó auténtica: el Sanctus del “Requiem” de Fauré.
ReplyDeletePara los europeos su música tiene demasiado ritmo como para ser litúrgica y suena demasiado a iglesia como para invitar al baile. Experimentas una sensación extraña, como cuando sales con una tía con el único ánimo de echar un polvo y se te pone a hablar de los evangelios. El atractivo se va por el desagüe y sólo piensas en cuánto tiempo es necesario aguantar antes de excusarte y salir pitando.
Parece que el último párrafo es una anécdota personal.
Delete;)